Estaríamos de acuerdo en pensar que el esplendor de genialidad de Woody Allen ya fue desplegado y queda como un tesoro realizado entre los 70’s y 80’s. Sin embargo, el gran realizador sigue aportando al cine contemporáneo; durante los últimos años se ha centrado en entregarnos comedias románticas donde ya no es Nueva York la gran protagonista sino que paseamos por distintas de las más hermosas ciudades del mundo. Midnight in Paris, To Rome with Love, Blue Jasmine, Vicky Cristina Barcelona, Scoop son algunas de las últimas producciones que para algunos no responden al target del director y para otros forman parte de una nueva dirección de su carrera, un giro hacia un estilo más simple, natural y descontracturado. Su más reciente trabajo, Magic in the Moonlight, nos trae un Colin Firth inolvidable, representando a Stanley, un reconocido mago absolutamente racional y escéptico que se encuentra en la ardua tarea de desenmascarar a Sophie (Emma Stone, tan bella y delicada como de costumbre) quien dice ser una médium espiritual. Nunca más acertado el planteo del film, en épocas donde lo sobrenatural y metafísico parece haber conquistado las mentes de varios y los escépticos rabiamos hasta el hartazgo en defensa del sentido común y la lógica terrenal. Se despliega una confrontación entre los argumentos racionales y trascendentales, entre momentos de gran comicidad y un enamoramiento en proceso, fiel al estilo de Woody. La idea de la magia se desarrolla desde dos puntos de vista: la magia construida y artificiosa (la que practica Stanley), aquella que deslumbra a chicos y grandes, que es parte de la misterio del enigma pero es solo una ilusión y por otra lado la magia del mas allá, aquella de la que muchos dudamos que exista, y que Sophie parece revelar como verdadera. La existencia de la magia del mundo desconocido vendría a derribar nuestro gran sentido común, ese del que tanto se jacta Stanley, y a darle a la vida un sentido trascendental que cambiaría por completo el transitar de los humanos por este mundo. La encantadora vidente parece conquistar el endurecido corazón racional del mago, trayendo felicidad y esperanza a su vida. Podemos decir que en las últimas producciones de Allen la fotografía toma un lugar privilegiado, los paisajes imponentes invaden la pantalla al igual que los vestuarios y decorados. Lo que sigue vigente es una de las marcas más características y que nos hace amar a este maestro: guiones con pasajes jocosos y paródicos, de gran peso literario y filosófico, una perfecta arquitectura de personajes y las “chicas Allen” que enamoran. Tal vez, hace un tiempo que ya no encontramos al estereotipo de carácter que suplante la presencia de Woody en sus films, pero es ley que los personajes neuróticos, inadaptados y existencialistas son un leit motiv infaltable. En fin, Magic in the Moonlight se ofrece como una comedia genuina con un planteo sumamente actual, al tiempo que filosófico y ontológico de gran peso, con actuaciones magnificas y con una vuelta de tuerca que todos los fans adorarán. Puede ser cierto que el viejo Woody ya no tenga la fortaleza de antes pero aun así, sus films actuales siguen superando a mucha producción pretensiosa y vacía que por nuestros días corre como agua. La originalidad y lo genuino llegan a vale más que imágenes de gran peso artístico y carentes de contenido.