Choripán Social: Realidad efectivamente delirante | Eliseo Grande, Secretario General del Sindicato de Choripaneros, tiene un plan para ser presidente a través de un negociado con choripanes de soja. Y también se masturba escuchando a Xuxa, disfrazado de paquita. Miguelito Miguel viaja en el tiempo para encontrarse con Perón. Saporitti quiere conquistar el mundo con celulares que en vez de en el bolsillo se llevan en el culo. Y un ejército de pibes chorros le presentarán batalla.
Estas cosas (entre muchísimas otras) suceden en “Choripán Social“, un libro donde los malos son malos y los buenos casi que también. Un libro contundente que habla tan bien por sí sólo, que transforma a estas preguntas en inservibles. Pero las hacemos igual.
Gabriel Baigorria: Sos actor, músico y escritor. Me permito preguntarte entonces: ¿de qué vivís?
Sebastián Pandolfelli: En este momento vivo de ahorros. Trabajé durante 10 años en una ONG de Defensa del Consumidor de la que fui casi un factotum y la dejé en diciembre del año pasado. Demasiado quemante. Debería empezar a preocuparme porque las reservas se van agotando. Igual me defiendo con cualquier cosa, se aceptan propuestas… Aclaro que no soy actor, soy un poco performer, pero decir actor es mucho. Fui cartero, mozo, delivery, secretario, recepcionista, procurador de expedientes en tribunales… Ahora hago música para teatro, toco en dos bandas, estoy grabando un disco y tengo uno por grabar. El 11 de mayo se presenta una comedia en Fundación Proa con música mía y el 26 de mayo vamos a estrenar una obra experimental buenísima sobre la escritura y sus procesos que se llama “La mano que tacha” donde toco en escena. También estoy empezando a escribir algunas cosas que seguro serán parte de mi próximo libro. Más adelante me gustaría hacer música de películas o publicidades, no sé, veremos cuando la soga apriete. Quizá salga a vender choripanes en Plaza Miserere.
G.B: ¿Influyen en algo tus otras actividades en la de escritor?
S.P: Un amigo después de ver un show de mi banda, Los Barriletes Cósmicos, me dijo: “Tu música es la continuación de tu literatura”. Todo tiene que ver con todo, y todas mis actividades se influyen entre sí. Soy músico, escritor, performer, y además tengo un costado leguleyo. No soy abogado, pero patear tribunales y el trabajo en la ONG me quedaron muy grabados. Casi todos mis amigos me consultan sobre esos temas cuando tienen algún problema y me gusta reclamar y pelearme con abogados de empresas. Ese es mi granito de arena anti capitalista, jaja.
G.B: ¿Cómo arrancaste a escribir Choripán Social? ¿Hace cuánto tiempo lo tenés listo para publicar?
S.P: La empecé en 2006 como un ejercicio en el taller de Alberto Laiseca, que se fue estirando hasta tomar forma de novela. Me llevó un año y medio, masomenos. En 2008 estaba listo para ser publicado, la registré el 17 de octubre por cábala, jaja. Estuvo dando vueltas por ahí en fotocopias desde ese momento. Yo andaba leyendo en público y haciendo algunas performances para meter un poco de ruido pero no pasaba nada. Los editores son gente rara. A veces te dicen que no dá, y después, cuando el libro medianamente funcionó publicado por otro, no lo dicen pero se quieren matar. Y si te publicás pagando la edición los reseñadores te miran de costado. Entonces lo que queda es esperar. Si de verdad lo merece, a cada libro le llega su editor. Bueno, por suerte apareció Luis Mazzarello con Wu Wei y el humo del chori pudo llegar a las librerías. Y gracias a las manos del General que son milagrosas, no nos va tan mal.
G.B: ¿Estás igual de quemado que tus personajes?
S.P: Yo soy mi propio personaje. Algunas neuronas perdí en la adolescencia. Pero, no. No estoy tan limado. Al menos eso creo. La pérdida de neuronas causa amnesia y otras cosas que no me acuerdo…
G.B: ¿Cuánto de Laiseca hay en Choripán Social?
S.P: Hay una gran influencia de su literatura. Es un gran maestro zen. Lai me apoyó con la escritura desde el principio, cuando escribía cuentos delirantes y sexópatas en 2003. Pero en Choripán también hay otras influencias como Soriano, Guebel, Aira, Asís, Fontanarrosa y todas las cosas que leí mientras lo escribía.
G.B: Laiseca habla de “realismo delirante” en el prólogo. Y eso me suena a lo que es la “ficción especulativa” a la ciencia ficción, un imaginario que podría partir de la realidad o acabar en ella. ¿Hay algo de esto?
S.P: El realismo delirante es un género que inventó Laiseca. Básicamente es usar el realismo y poner una lupa en algunas cosas para exagerarlas al máximo. Generalmente a través del humor se pueden contar cosas terribles ya que de esa forma duelen menos. Si bien mi libro es muy delirante, lo que sucede es fácilmente reconocible. La historia argentina es delirante por sí misma. La única verdad es la realidad, la realidad efectiva. Efectivamente delirante.
G.B: Peronismo. Desarrolle:
S.P: Desarrollar ideas sobre el peronismo sería como hablar sobre la vida misma. El ADN argentino es peronista. ¡Hasta el Papa dice que es peronista! El peronismo algún día va a conquistar el universo. Es tan vasto que lo voy a resumir en una frase del gran Antonio Cafiero: “El peronismo da para todo”.
Sebastián Pandolfelli nació en el Hospital Evita, en la República Separatista de Lanús en enero del 77 y se crió en Villa Diamante. Es músico, compositor y escritor porque cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Integra el cambalache sonoro Los Barriletes Cósmicos y desde 2004 le hace creer a la gente que eso es una banda de rock. También toca la guitarra en el experimento Cachivaches y tocó en varias bandas; tales como El Pony Infinito, Super Siempre y Disculpe la Molestia. Produjo y condujo algunos programas de radio. No sabe manejar ni jugar al fútbol, pero realiza performances de lectura. Es discípulo y lugarteniente de Alberto Laiseca. Publicó “Rocanrol” (Ed. Funesiana, 2008). Su primer manuscrito “Me pusieron algo en el trago y bailé toda la noche” es in-publicable. “Choripán Social”, su primera novela, circuló en fotocopias por el conurbano y se convirtió en una especie de novela de culto. También escribió dos libros de relatos: “Diamante” y “Mugre”. Tiene pensado realizar unos cuantos atentados más contra la literatura y la música. Su frase de cabecera es la que Bartleby repite como un mantra: “Preferiría no hacerlo…”. Por otra parte sus intereses son mensuales y más altos que los del Banco Nación para operaciones a 30 días… (Wu wei editorial)
Choripán Social
Sebastián Pandolfelli
2012 – Wu Wei Editorial