“Cé-sar-Ai-ra, Aira, Aira, Aira” grita la primera novela de Ariel Idez, que nace casi como un exorcismo, una necesidad de hacerse cargo de la influencia de aquél Sabio Loco. Vale destacar la honestidad con la que se asume el patronazgo y la capacidad para cantarle quiero-re-truco al mismo Aira. Tal como anticipa la contratapa de la novela, Aira es el villano de la historia y aquellos escenarios que fueron extraídos de la realidad para ser materia prima de su escritura, ahora Idez se los apropia para resignificarlos. Una vez dicho lo obvio sobre Aira, vale aclarar que aquellos lectores que no tengan lecturas previas sobre él, de ningún modo se verán excluidos del disfrute de la peripecia.
El género matriz es el de novela de aventura pero las transgresiones se hacen presente a lo largo de la historia. Por empezar, el personaje principal -y el que cumpliría el rol de héroe- es El Enano Más Sexy del Mundo, un paseador de perros con intención de ser escritor con un atractivo sexual avasallante, cuyo liderazgo ya se pone en duda desde su altura por lo que el hecho mismo de volverse héroe es uno de los mayores obstáculos que debe enfrentar. La acción comienza cuando su rutina, construida con una exactitud horaria, comienza a verse trastocada por la obstinada repetición de César Aira en todos los ámbitos de su cotidianeidad. Como todo héroe cuenta con compañeros que intentan ayudarlo y cuyos nombres y personalidades son iguales de excéntricos: “El típico puto nazi” o “El Dealer literario” son algunos de los que escoltan al protagonista en la hazaña donde las teorías conspirativas y teorías literarias se hacen lentamente transhistóricas para encontrar su punto culmine en el presente donde una realidad absurda encuentra una lógica convincente. También coincide con el género el desplazamiento espacial necesario para desarrollar la acción y, en este caso, el espacio se vuelve múltiple y excéntrico también ya que no sólo se abarca la ciudad y el campo sino también el mundo subterráneo.
Lo disparatado nace de discursos y referencias contemporáneas que hacen magnética a la novela y ahí es donde reside lo interesante de Ariel Idez que reconociendo la tradición introduce elementos cotidianos de una generación que no suele participar (al menos no todos juntos) de una historia: skinheads, punks, taiwaneses peronistas, restaurantes chinos, pequeñas editoriales independientes, entre otros, que se mezclan no sólo con César Aira sino también con otros escritores del parnaso consagrado de la literatura argentina como Luis Chitarroni.
Por último, si bien en ciertos momentos se asoma una decepción o una mirada adversa hacia la literatura contemporánea (y en alguna que otra entrevista que le realizan a Ariel Idez le preguntan sobre ello), su obra misma revela lo contrario porque en definitiva el arma con el que el villano de la novela opera no es más que la literatura misma.
La última de César Aira
Ariel Idez
2012 – Editorial Pánico El Pánico