Hoy es casi impensable escuchar un álbum sin poder leer sus letras. Ya sea a través de páginas de internet, aplicaciones de música o incluso gracias a los libros que vienen con cada disco, los fanáticos siempre buscan conectar con las palabras e ideas escritas por sus ídolos. A pesar de que hoy en día existen miles de maneras de acceder a esas letras, todo comenzó con los libros que se incluían en cada LP, algo que hace apenas unas décadas no era normal.
El primer disco en incluir las letras
Fue Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967) de The Beatles el primer proyecto musical —sobre todo dentro del rock— que imprimió las letras de todas sus canciones directamente en la funda del disco. Hasta ese momento, las letras eran consideradas activos valiosos por las editoras de música, ya que su publicación independiente aseguraba ingresos por la venta de partituras. Sin embargo, Paul McCartney, máximo responsable del proyecto, impulsó la idea de ofrecer una experiencia “integral” con el álbum.
A pesar de la resistencia inicial de los editores, que temían perder ingresos por la venta de música impresa, Macca optó por editar el LP con las letras y, para que esto se materializara, convenció al sello y a los editores de que su idea transformaba por completo la experiencia del oyente. Esto generó un cambio doble: no solo marcó el fin de depender exclusivamente de la venta de partituras para que el público tuviera acceso a las letras, sino que también legitimó el papel del álbum como obra artística integral.