En una entrevista reciente con W Magazine, Lana Del Rey destacó a los cineastas David Lynch y Quentin Tarantino como piezas fundamentales en la construcción de su universo artístico. La cantautora, reconocida por sus líricas de estética cinematográfica, señaló que ambos directores determinaron su forma de entender la música y la imagen.
"Me encantaría estar en una película. Cuando grabo, soy de hacer una sola toma. Pero con mis videos me gusta repetir millones de veces. Por supuesto, amo a Quentin Tarantino. Él y David Lynch han sido las mayores influencias en mi trabajo”, afirmó Lana, después de que le preguntaran si alguna vez pensó en actuar.
Al igual que Tarantino, Del Rey suele nutrirse de la cultura pop y la iconografía de los Estados Unidos de mediados del siglo XX. Canciones y videos como "National Anthem" o el disco Norman Fucking Rockwell! condensan esa estética que mezcla lo vintage con lo contemporáneo, entre la parodia y la épica.

Por otra parte, la influencia de Lynch aparece a lo largo de su obra en forma de guiños y en los climas oníricos que construye, especialmente en el video de "Blue Velvet", un homenaje explícito al clásico del cineasta. Además, en reiteradas ocasiones manifestó su fanatismo, expresando sus ansias por trabajar con él algún día.
"Me encantaría hacer cualquier cosa con David Lynch. No sé demasiado sobre lo que él está haciendo ahora, pero desde siempre amé sus series de televisión originales y sus películas", dijo en el año 2015 a NME.

Más allá de esas referencias, Del Rey también confesó una debilidad inesperada: las películas de Hallmark, que asegura haber tenido encendidas "24 horas al día" durante un momento difícil de su vida en 2018 y 2019. "Las películas de Hallmark son geniales", sostuvo, relacionándolas con su infancia en Lake Placid, Nueva York, donde comenzó a cantar en producciones teatrales locales como Annie y Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat.
Fiel a su estilo, en la misma entrevista se mostró reacia a la idea de escribir una autobiografía: "Ha habido demasiadas cosas personales de las que no puedo hablar. Creo que la gente está dividida entre odiarme o respetar mi trabajo. Pensar demasiado en eso es perder siempre. Prefiero enfocarme en lo positivo: soñaba con una gran familia y una vida feliz. Tuve que silenciar el ruido para encontrar el amor. Y lo encontré".