Erika de Casier es una artista portuguesa-danesa con una gran soltura para moverse entre la creación de hits globales —compuso las canciones más populares del EP Get Up de la banda k-pop New Jeans— hasta la intimidad de antros europeos en los que pasa música como DJ. En ese abanico de posibilidades se despliega su obra personal, que ya suma cuatro álbumes de estudio —Essentials, Sensational, Still y Lifetime— y colaboraciones con artistas como Blood Orange y Shygirl.
Por su diseño, Lifetime puede sentirse como navegar por los pensamientos de alguien, como una instalación sonora que atraviesa el vaivén de recuerdos, introspecciones, deseos, frustraciones y fragmentos de cultura pegados en la mente. Una artista que reflexiona pero que parece estar bastante tranquila con su realidad: nostálgica pero agradecida.
El primer track, "Miss", sucede entre sintetizadores envolventes, baterías reverberadas y en el fondo una máquina que parece iniciar o despegar. Aparece también el recurso de la repetición de palabras, que se asemeja a un loop de pensamientos: ideas que van desde preguntas profundas dirigidas a un viejo amor —“¿Es verdadero eso que nosotros sabemos?”— hasta cosas más simples que se cuelan como urgentes: “Cuánto daría por un beso”.
A lo largo de el álbum suenan alarmas y tonos de llamadas, ruidos naturalmente molestos que seleccionados con la elegancia de De Casier se vuelven interesantes. A veces agregan un toque sensual a las canciones, encarnando un homenaje a figuras como Janet Jackson. Otras veces habilitan interpretaciones más abstractas: la alarma como símbolo de lo intermitente, lo interno o externo que reclama constantemente atención.
En "You Can’t Always Get What You Want", se retoma la mítica frase de los Stones para añadir otra máxima: no solo no se puede obtener siempre lo que uno quiere, sino que tampoco se puede saber con certeza qué es lo que uno quiere. Y con una honestidad tierna, Erika sugiere que lo único que queda es esperar que la belleza esté siempre por delante, mirarla sin juicio y tener el coraje para hacerlo.
En "Delusional", la artista toma el icónico sample de "Insane in the Brain" de Cypress Hill, un sonido que generaciones enteras identifican de inmediato. Pero aislado en su producción, se despoja del aura hip hopera y adquiere otra vida: ya no suena como un guiño callejero, sino que toma formas inesperadas. Al punto de que un usuario —quizás demasiado joven— de Rate Your Music describió en una reseña ese sonido como un relincho de caballo. Esos desplazamientos perceptivos hacen que la obra oscile entre lo familiar y lo ajeno, entre la cita cultural y la imaginación libre.
Pero lo más hermoso de Lifetime es cómo se nutre del pulso del boom bap, la cadencia pesada del downtempo y los ecos de la era dorada del trip hop, para filtrarlos a través de un prisma íntimo y etéreo. Lo que en otros contextos suena terrenal, Erika de Casier lo torna vaporoso, onírico. Como un sueño prolongado en el que el amor y la pérdida son livianos, lo conocido se vuelve extraño sin asustar y la fragilidad no es sinónimo de falta de fuerza.
Escuchá a Erika de Casier en plataformas (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).