Los Ramones fueron la chispa necesaria que encendió y popularizó al punk rock. Formados en Queens (Nueva York) en 1974, Joey, Johnny, Dee Dee y Tommy irrumpieron en una escena musical dominada por el rock progresivo y las baladas extensas con una propuesta radicalmente opuesta: canciones cortas, rápidas, de tres acordes y estribillos pegadizos.
Durante poco más de dos décadas, la banda grabó 14 discos de estudio, atravesó múltiples cambios de formación y sobrevivió a la indiferencia de la industria, pero se mantuvo fiel a una fórmula que terminó influenciando desde el hardcore hasta el pop punk de los años 90.
Su legado es inmenso: desde Green Day y The Offspring, hasta Rancid, Blink-182 y muchas otras bandas contemporáneas. Y aunque en vida no cosecharon la fama que merecían -salvo en Argentina, claro está, donde eran adorados como semidioses punk-, hoy ocupan un lugar central en la historia del rock.
De toda su discografía, hay tres discos en particular que se destacan como obras esenciales, no sólo para entender la evolución del grupo, sino también para comprender el ADN del punk. Podés verlos a continuación.
3. Road to Ruin (1978)
El cuarto disco de los Ramones supuso un punto de quiebre en su carrera, donde la banda decidió experimentar con nuevos matices. Contó con Marky Ramone en la batería, en reemplazo de Tommy, y fue el disco que mostró un lado más melódico y diverso en comparación con sus trabajos anteriores.
El álbum incluye uno de los himnos más perdurables del grupo: "I Wanna Be Sedated", una canción que refleja el humor ácido y el desencanto de la banda frente al tedio y la rutina de las giras. También aparecen temas como "Don’t Come Close" y "Needles and Pins", un cover de The Searchers, que evidencian su voluntad de abrir el espectro hacia sonoridades más accesibles sin abandonar su sello punk.
2. Rocket to Russia (1977)
Publicado apenas meses después de Leave Home, el tercer álbum representa a los Ramones en la cima de su primera etapa. Grabado con el productor Tony Bongiovi y Tommy Ramone, el disco ofreció un sonido más sólido y balanceado que sus antecesores, logrando capturar en estudio la energía desbordante de la banda en vivo.
El disco brilla por su colección de clásicos: "Sheena Is a Punk Rocker", que se convirtió en un manifiesto generacional; "Teenage Lobotomy", un ataque de humor negro y riffs vertiginosos; y "Rockaway Beach", un guiño surf-punk que incluso trepó a las listas de éxitos. En conjunto, el disco mostró a la banda más confiada, ampliando su paleta con influencias del pop y el rock de los años 60.
1. Ramones (1976)
El debut homónimo de los Ramones no sólo es el mejor disco de su carrera: es también uno de los discos más influyentes de la historia del rock. Lanzado en abril de 1976, con un presupuesto mínimo y grabado en apenas una semana, Ramones es la declaración de principios del punk: 14 canciones en 29 minutos que cambiaron para siempre las reglas del juego.
Con clásicos como "Blitzkrieg Bop", "Beat on the Brat" y "Now I Wanna Sniff Some Glue", el disco se convirtió en un manual de cómo condensar energía, ironía y crudeza en piezas mínimas pero efectivas. La producción, a cargo de Craig Leon, apostó por la simplicidad: guitarras distorsionadas, baterías secas, bajo marcado y las voces inconfundibles de Joey, sin adornos innecesarios.
Aunque no fue un éxito comercial en su lanzamiento, Ramones plantó la semilla de todo un movimiento cultural. Su portada en blanco y negro, con la banda posando frente a una pared de ladrillos, es hoy un ícono universal. A casi 50 años de su aparición, sigue siendo el punto de partida obligatorio para entender qué significa el punk.