Aurora se presenta en el Teatro Ópera Orbis de Buenos Aires el próximo 25 de mayo.
Hay algo peculiarmente singular y extraño de esta pequeña y talentosa música nórdica. Es como si la pura magia corriera por sus venas, encantando por su nombre y por su naturaleza.
Con unas 200 millones de descargas y más de 500 mil ventas gracias a su impresionante álbum de debut de 2016, “All My Demons Greeting Me As A Friend”, es difícil de creer que la dinámica cantante y compositora noruega tenga tan solo 22 años y que AURORA esté avanzando como nunca antes visto. “Hay una comprensión más profunda de mí misma y de lo que quiero decir y hacer que en mi primer álbum. Este está más en sintonía con mi alma y quién soy yo”, explica la artista proveniente de Bergen con respecto a su nuevo material que fue lanzado el 28 de septiembre de este año. “Trata sobre los muchos, muchos diferentes aspectos de lo que es ser humano. Cubre la manera en que nos lastimamos y nos amamos y la forma en que somos tan hermosos pero también tan horribles”. AURORA no es solo una cantante, sino una guerrera, una sabia y una protectora. Oh, y una excelente compositora para arrancar.
Grabada en un estudio/chateau de cuento de hadas en medio de la nada, en algún lugar del sur de Francia, sus nuevas canciones se desvían de lo personal a lo político, abarcando todo desde rupturas y muerte hasta el feminismo y el ecologismo. Estas son canciones en las que se puede encontrar consuelo, pero también que plantean preguntas. “El mundo se está volviendo realmente bastante caótico”, dice AURORA sobre la incertidumbre que se refleja, pero eso no es necesariamente algo malo. “Creo que es bueno para nosotros. Es bueno obtener sabores de este caos para que podamos entender mejor a los lugares donde sucede todo el tiempo”. Una de sus canciones más destacadas de su segundo trabajo de estudio, Infections of A Different Kind (Step I), es “Queendom” que fue lanzado como single el 16 de abril de este año junto al anuncio de su gira europea.
A pesar de ser coproducida con el dúo británico MyRiot (London Grammar, Rae Morris) y su talentoso compañero noruego en ascenso Askjell, AURORA insistió en que ella desempeñaría un papel importante en la producción de su nueva música. “Es tan importante para mí que la música sea un buen reflejo de quién soy yo”, afirma. En un mundo en el que demasiadas artistas femeninas están involucradas en trabajar con productores masculinos, es un movimiento que hace una declaración significativa.
Acompañando su único y encantador sonido están la Orquesta Sinfónica de Trondheim y la arpista de Florence and The Machine, Ruth Potter, un cuarteto de violonchelo y un coro compuesto por 32 hombres de Oslo que aparece en tres canciones. AURORA ha equilibrado lo suave con lo áspero. “Cada canción pide una cosa diferente y cada línea pide una emoción diferente”, explica. “A veces, una presentación vocal fea mejora la emoción, por lo que puede ser bastante fea, áspera y desordenada, lo que puedes escuchar aún más en este álbum”.
Luego de una cita pendiente con el público argentino tras la cancelación de su presentación en marzo de este año, la artista comentó: “Es una razón para tener que volver.. Me dijieron que este público ?refiriéndose al argentino? es igual o más cálido que en Brasil o en Chile. En Sudamérica hay mucha energía”.
Las entradas anticipadas se encuentran disponibles a través del sistema Ticketek desde $980.
El Teatro Ópera está situado en Avenida Corrientes 860 de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, a 200 metros del Obelisco de esa ciudad. Allí actuaron Ava Gardner, Édith Piaf, la cantante italiana Mina Mazzini, el Folies Bergère, el Lido de París, Fairuz, R5 (banda) entre otros artistas internacionales.
Cómo llegar en auto
El Teatro está ubicado en pleno centro, en la Avenida Corrientes 860, en la Avenida de los Teatros, en una ubicacion estratégica de muy facil acceso a través de todos los medios de transporte. Está ubicado a una cuadra del obelisco y de la Avenida 9 de julio.
Cómo llegar en transporte público
Colectivos: 5, 6, 7, 9, 17, 23, 24, 26, 29, 39, 50, 59, 67, 70, 75, 98, 100, 102, 106, 109, 111, 115, 132, 142, 146, y 155.
Subte
Linea B – Estación Carlos Pellegrino
Linea C – Estación Diagonal Norte
Linea D – Estación 9 de julio
Historia
El origen del teatro se remonta a 1870, cuando el empresario Antonio Pestalardo vislumbró que Corrientes, que en esos años aún era una calle angosta y alejada del centro de Buenos Aires, se animaría con la instalación de teatros. Su proyecto tuvo muchos inconvenientes, ya que al año siguiente estalló la epidemia de fiebre amarilla, y para colmo fue cerrado el puerto de la ciudad, trabando la entrada de materiales que necesitaba la construcción.1 Finalmente, Pestalardo logró su objetivo y así nació el “Teatro de la Ópera”,2 dedicado en principio al género lírico e inaugurado el 25 de mayo de 1872 con la ópera Il trovatore. Fue el primero de la ciudad que contó con iluminación a gas, una excepción para la época.
En 1889 el edificio tuvo una remodelación total, financiada por su nuevo propietario Don Roberto Cano; y Rufino Varela instaló en el nuevo edificio una usina eléctrica que le permitió autoabastecerse, todo un privilegio en la Buenos Aires de ese fin de siglo. Ya en 1936, el ensanche de la calle Corrientes anunciaba que la calle angosta pasaría a ser una importante avenida, y aunque las demoliciones se realizaban sobre la vereda norte de la calle y no era necesario afectar al edificio del teatro, su propietario Clemente Lococo aprovechó la oportunidad para construir el tercer y definitivo Teatro Ópera.
Edificio actual
En 1935 el arquitecto belga Alberto Bourdon concibió el actual Teatro Ópera, de característica fachada «Art Déco» (inspirada en el Cine Rex de París), con capacidad para 2500 personas, escenario apto para diversos espectáculos y una pantalla de cine de grandes dimensiones.
En definitiva, el Teatro Ópera es uno de los más importantes a nivel edilicio en Buenos Aires, y una de las mejores piezas de arquitectura «Art déco» en la ciudad a pesar de su carácter tardío, ya que hacia el momento de su construcción, ese estilo ya había dejado de ser vanguardia. Su fachada es imponente, luciendo un volumen central de líneas curvas con columnas y numerosas ventanas alargadas, que remata en una torre telescópica totalmente reconocible que da identidad al edificio. En sus extremos, el frente está revestido en granito negro, y con simetría axial luce dos franjas revestidas en trozos de vidrio dibujando patrones semicirculares concéntricos muy característicos de la decoración «Art déco». La marquesina es otro elemento de gran importancia en esta fachada, ya que de noche tres grandes lámparas de garganta circulares iluminan la vereda, cambiando constantemente de color.