Café Tacvba llegará a Buenos Aires el próximo 7 de diciembre para presentar su nuevo disco “Jei Beibi” en el Teatro Gran Rex.
El décimo álbum del grupo está nominado al Gramy Latino como Mejor álbum de música alternativa. El material, que cuenta con trece canciones, está producido por Gustavo Santaolalla.
La gira Niu Güeis Tur cuenta con más de 50 fechas en México, 30 en los Estados Unidos y 20 en el resto de América.
Desde sus inicios en 1992 con el álbum Café Tacvba, el grupo de rock alternativo participó de la creación de varias bandas sonoras para películas, entre ellas Amores Perros.
Entradas disponibles.
Asientos
Horario de Boleteria
Lunes a Sábados de 12 a 18Hs
Como Llegar:
En subte:
Línea B (Estacion Carlos Pelegrini)
Línea C (Estacion Diagonal Norte)
Linea D (Estacion 9 de Julio)
En colectivo:
Líneas 6, 7, 9, 10, 17, 23, 24, 26, 29, 45, 50, 59, 70, 99, 100, 109, 111, 142, 146, 155
Información
El Gran Rex es un teatro ubicado sobre la vereda norte de la Avenida Corrientes (nº 857), a menos de 200 metros del Obelisco de Buenos Aires, Argentina. Es uno de los grandes teatros porteños, y forma un corredor junto al Ópera y al Tabarís, que funcionan en la misma cuadra.
Es el teatro de los grandes espectáculos musicales y recibe a los artistas más consagrados, nacional e internacionalmente. Su capacidad es para 3.262 espectadores.
El edificio, propiedad de Cordero, Cavallo y Lautaret S.A. y terminado en 1937, después de tan solo siete meses, es un exponente arquitectónico del estilo racionalista, obra del arquitecto Alberto Prebisch, el mismo que creó el Obelisco de Buenos Aires, y del ingeniero civil Adolfo T. Moret.
En sus inicios contaba con altoparlantes en el vestíbulo que permitían a los espectadores llamar a sus coches, que se encontraban en la estación de más de 200 coches situada en los dos subsuelos. También poseía un bar que ocupaba tres pisos, un bowling y billares en el subsuelo.
Descripción arquitectónica
Obra significativa de Alberto Prebisch, el Gran Rex representó un hito dentro de la historia de la arquitectura moderna argentina. Destaca en su construcción el efecto de continuidad entre el exterior e interior, con su foyer o vestíbulo separados “del afuera” por una superficie vidriada, solo cortada por una marquesina lineal. Este magnífico espacio se destaca en forma ambivalente, con una grandiosa estructura resuelta con una simpleza formal y estética admirable. Su interior, de idénticas características espaciales y constructivas, destaca por su absoluta falta de decoración, alejándose definitivamente de todos aquellas típicas salas cargadas de metáforas a las antiguos palacios de música clásicos europeos.La estructura del edificio fue realizada en hormigón armado, y el techo de la sala en cabriadas metálicas.
La imponente fachada es un sencillo rectángulo de gran volumen revestido en travertino romano sin lustrar y carente de motivos ornamentales, con una gran superficie vidriada que muestra los interiores del edificio a la gente que pasa por la vereda, y es cortada en mitades por una fina viga sostenida de arriba por tensores redondos de hierro recubiertos en bronce dorado.
El interior es del mismo estilo racionalista, y el hall tiene un doble juego de escaleras pensadas para vaciar la sala rápidamente y un conjunto de ascensores que comunican con las cocheras.
Posee una sala asimétrica, producto de haber sido construido en un terreno irregular. Por ello, la está dispuesta en forma oblicua a la línea del frente.
Esta sala es una gran cáscara dividida en fajas encimadas, inspirada en el Radio City de New York. Los materiales son mármol Botticcino italiano, revoque, madera enchapada y bronce. Los espectadores se disponen en tres niveles: platea, primer balcón y segundo balcón. Tanto las butacas como los telones y alfombras originales fueron de color tierra siena quemada, y las paredes fueron pintadas a la témpera de color ocre ligeramente rojizo.