El festival de música experimental Ruido está de regreso con una nueva edición. Producido por el Centro Cultural Kirchner y el Centro de Arte Sonoro, el ciclo tendrá lugar entre el viernes 25 y domingo 27 de agosto en todas las salas del CCK, y presentará quince conciertos además de una feria de discos y publicaciones independientes de la mano de la tienda Rata Kiosco. Al igual que las ediciones anteriores, todo el festival contará con entrada libre y gratuita, sin necesidad de inscripción previa, y será transmitido online por Radio CASo.
En esta tercera edición, el festival presentará dos obras encargadas a artistas argentinos: la referente de la música improvisada Barbara Togander interpretará una pieza para treinta voces, mientras que la joven compositora Ángeles Rojas presentará una obra para órgano y septeto instrumental. En cuanto a artistas internacionales, el festival recibirá el noise electrónico de la colombiana Ana María Romano G., una obra para ocho parlantes del compositor italiano Alessandro Bosetti, y un concierto inmersivo de la artista brasileña Teratosphonia.
Ruido también ha servido de plataforma para artistas de la nueva escena de electrónica experimental, como es el caso de los cinco artistas locales que se presentan en esta edición: Aguja, Agustín Genoud, Marté, Pr1nc354 V4mp1r0 y Vertts. A este line-up se suma el Sindicato del Drone, agrupación comandada por Mariano Rodríguez, Federico Fossati y Jonah Schwartz, que presentará una obra completamente acústica.
Por primera vez, el festival complementará su programación con un programa de talleres de formación en música experimental, realizados de forma online y presencial en el CASo y el CCK. Toda la información acerca de los talleres y la programación de Ruido pueden encontrarse en el sitio web del festival.
El Centro Cultural Kirchner es un gran espacio cultural capaz de albergar todas las expresiones del arte y la cultura, conservando la historia de un edificio emblemático como es el antiguo Palacio de Correos y Telégrafos. Un espacio moderno, amplio y diverso dedicado a las artes visuales, las artes escénicas, la educación, y demás manifestaciones artísticas.
En términos de infraestructura la obra tiene una relevancia trascendental, puesto que se trata de la recuperación y refuncionalización de uno de los edificios más importantes de Buenos Aires, el ex Palacio de Correos y Telégrafos (declarado Monumento Histórico Nacional en 1997 y cuyo mobiliario también fue reconocido como patrimonio histórico).
Entre sus principales atractivos se encuentran La Ballena Azul, una gran sala de música sinfónica para 1.750 espectadores; una Sala de Música de Cámara para 540 personas, y una estructura vidriada colgante que emula una Gran Lámpara –objeto que le da nombre–; sostenida desde un entramado de vigas Vierendeel.
En los pisos 4to., 5to. y 6to., se transformaron áreas en desuso que antiguamente fueron oficinas, en nuevos espacios para reuniones, proyección de videos, conferencias, exposiciones y antesalas. Se construyeron 6 salas auditorios con capacidad para más de 104 espectadores cada una, salones de usos múltiples y vestíbulos que dan cuenta el esplendor del edificio. A su vez, en los pisos superiores (7mo.) se restauraron las carpinterías de la biblioteca y de la hemeroteca.
Los miradores ubicados en la parte superior del Centro Cultural Kirchner son el primer punto panorámico público de Buenos Aires y ofrece una de las mejores vistas de la ciudad.
El Centro Cultural Kirchner cuenta con más de 100.000 metros cuadrados y tiene la envergadura de los centros culturales más importantes del mundo, tales como L’ Auditori, de Barcelona; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid; el Tate Modern de Londres y el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, de Paris.