Gal Costa no necesita más. La tonalidad de su voz, clara y potente, es el sello que la legendaria brasileña lleva sin conflictos. El 23 de mayo se presentará en nuestro país en el teatro Gran Rex con un show que bautiza “Espelho de Agua”. Un espectáculo íntimo sin precedentes.
Busca en la guitarra del gran Guilherme Monteiro, la misma sofisticación de sus shows con banda completa. Combina siempre la delicadeza y la intensidad, sumergiéndose profundamente en el jazz.
El 23 de Mayo te esperamos en el Gran Rex para disfrutar de una voz única y una noche espectacular.
ENTRADAS DISPONIBLES A TRAVÉS DE TICKETEK
Asientos
Horario de Boleteria
Lunes a Sábados de 12 a 18Hs
Como Llegar:
En subte:
Línea B (Estacion Carlos Pelegrini)
Línea C (Estacion Diagonal Norte)
Linea D (Estacion 9 de Julio)
En colectivo:
Líneas 6, 7, 9, 10, 17, 23, 24, 26, 29, 45, 50, 59, 70, 99, 100, 109, 111, 142, 146, 155
Información
El Gran Rex es un teatro ubicado sobre la vereda norte de la Avenida Corrientes (nº 857), a menos de 200 metros del Obelisco de Buenos Aires, Argentina. Es uno de los grandes teatros porteños, y forma un corredor junto al Ópera y al Tabarís, que funcionan en la misma cuadra.
Es el teatro de los grandes espectáculos musicales y recibe a los artistas más consagrados, nacional e internacionalmente. Su capacidad es para 3.262 espectadores.
El edificio, propiedad de Cordero, Cavallo y Lautaret S.A. y terminado en 1937, después de tan solo siete meses, es un exponente arquitectónico del estilo racionalista, obra del arquitecto Alberto Prebisch, el mismo que creó el Obelisco de Buenos Aires, y del ingeniero civil Adolfo T. Moret.
En sus inicios contaba con altoparlantes en el vestíbulo que permitían a los espectadores llamar a sus coches, que se encontraban en la estación de más de 200 coches situada en los dos subsuelos. También poseía un bar que ocupaba tres pisos, un bowling y billares en el subsuelo.
Descripción arquitectónica
Obra significativa de Alberto Prebisch, el Gran Rex representó un hito dentro de la historia de la arquitectura moderna argentina. Destaca en su construcción el efecto de continuidad entre el exterior e interior, con su foyer o vestíbulo separados “del afuera” por una superficie vidriada, solo cortada por una marquesina lineal. Este magnífico espacio se destaca en forma ambivalente, con una grandiosa estructura resuelta con una simpleza formal y estética admirable. Su interior, de idénticas características espaciales y constructivas, destaca por su absoluta falta de decoración, alejándose definitivamente de todos aquellas típicas salas cargadas de metáforas a las antiguos palacios de música clásicos europeos.La estructura del edificio fue realizada en hormigón armado, y el techo de la sala en cabriadas metálicas.
La imponente fachada es un sencillo rectángulo de gran volumen revestido en travertino romano sin lustrar y carente de motivos ornamentales, con una gran superficie vidriada que muestra los interiores del edificio a la gente que pasa por la vereda, y es cortada en mitades por una fina viga sostenida de arriba por tensores redondos de hierro recubiertos en bronce dorado.
El interior es del mismo estilo racionalista, y el hall tiene un doble juego de escaleras pensadas para vaciar la sala rápidamente y un conjunto de ascensores que comunican con las cocheras.
Posee una sala asimétrica, producto de haber sido construido en un terreno irregular. Por ello, la está dispuesta en forma oblicua a la línea del frente.
Esta sala es una gran cáscara dividida en fajas encimadas, inspirada en el Radio City de New York. Los materiales son mármol Botticcino italiano, revoque, madera enchapada y bronce. Los espectadores se disponen en tres niveles: platea, primer balcón y segundo balcón. Tanto las butacas como los telones y alfombras originales fueron de color tierra siena quemada, y las paredes fueron pintadas a la témpera de color ocre ligeramente rojizo.