Las Sombras se presentan en Camping el próximo viernes 15 de noviembre.
La banda pampeana continúa en ruta después de volver a los escenarios con un presentación bisagra para el grupo en el Centro Cultural Konex, logrando un pico en convocatoria y llevando el show a un lugar escénico y visual inexplorado por la banda hasta entonces. Este álbum también los llevó de gira por Chile, Uruguay y diferentes puntos de la Argentina. Y además vienen de hacer en Octubre un Niceto Club.
Para el segundo semestre de 2019 Las Sombras proyecta un tour por México, país donde su canción «Los Chicos de Tu Barrio« ha tenido un gran recibimiento. La canción también cuenta con un videoclip en clave casera y vintage, siguiendo a los músicos por las giras.
Crudo fue editado en junio de 2018. Se trata del segundo álbum de estudio de la banda, grabado en vivo en estudio por Mario Breuer.
Luego de su exitoso debut, Las Sombras regresaron rápidamente a los estudios de grabación y dieron con el nacimiento de su segundo disco, Crudo. Un disco que dispone de una gira por los distintos epicentros culturales más allegados para su presentación. Pasando por La Pampa, Córdoba, Santa Fe y cruzando las fronteras para alcanzar Chile y Uruguay, Las Sombras no cesan de fertilizar el sur del continente con su blues pampeano.
En esta ocasión, fruto de su estilo y pericia, fue el reconocido Mario Breuer quien se ofreció para producir el segundo disco. Así presentado, el disco da la sensación de que se tratase de la contracara del mismo vinilo en el que oíamos “Vos y yo”, “El kinto”, “Van detrás”, y varios temas más. Crudo, viene así como lo dice su nombre, en un estado puro y delirante de un blues sensual que perfora hasta la médula.
El álbum inicia con “Espejismo”, y ya ese aire de big band abre nuestros oídos con el retumbar de los toms. Una vez más de vuelta al ruedo jazzero de los platillos de Mauro López y el bajo de Julián Pico que lleva el cabeceo del oyente, cuando de repente un “Y si no encuentras un amor, mejor dimelo” nos rebota al “Rocanrol del idiota”. Ya suena el treble de Lippoli, y un riff grasiento deslizándose por las curvas de su guitarra lo cortan unos arreglos sicalípticos. Sigue “Solo y perdido”, con acordes mayores atravesados por riffs agudos. Hay un un quiebre entre rasgueos apiñados, mientras el bajo sigue la velocidad de la bata y en paralelo se inmiscuye el sutil reverb rockero de la guitarra líder. El crescendo entre batería y los coros toman vuelo momentáneamente para caer una vez más sobre el riff principal.
El renacimiento del blues en una generación tan distante de bandas e ídolos nacionales como Manal o Pappo, habría de acomodarse rejuvenecido en la genialidad de este conjunto pampeano con base en Buenos Aires. Una vez más habremos de endulzar el oído con los licks y riffs seductores de Nicolás Lippoli, mientras los coros octavados del trío de violas coquetean con justicia poética a más de un sentimiento encontrado. Crudo se trata, pues, de siete canciones cada una con un elemento más blusero que la anterior. Sin perder la sensual fantasmagoría que emula el conjunto, es un disco libertino, desenvuelto y fiel a un blues más bien up-beat.
Entrada gratuita.