Actualmente, el Museo de Arte de Queens y el Museo de Arte de Cleveland están llevando adelante dos exhibiciones que tienen un denominador común: Bruce Davidson. Nacido en 1933 en Oak Park (Illinois), el estadounidense es considerado uno de los mayores exponentes de la fotografía documental ya que dedicó gran parte de su carrera a retratar a los marginados, los explotados, los “invisibles“.
Una de las muestras, titulada Bruce Davidson: Outsider on the Inside, recopila más de 100 fotografías del norteamericano que muestran su singular capacidad para registrar las historias de las comunidades neoyorquinas que vivían en la periferia de la sociedad dominante. La muestra pone el foco en la representación que hizo Davidson de estos habitantes mientras interactuaban con su entorno, a menudo extendiendo los límites de sus esferas privadas al espacio público.
“A través de diversas series fotográficas como Brooklyn Gang (1959), East 100th Street (1970), Subway (1980) y Central Park (1995), el fotógrafo demuestra su disposición para formar vínculos detrás del lente con sus fotografiados y transformarlos en representaciones honestas de la naturaleza humana. La devoción de Davidson por las historias cotidianas de figuras idiosincrásicas se basa en la confianza y la comprensión mutua, dos principios que le permiten evitar la documentación voyeurista”, reza el comunicado sobre la exposición que se lleva a cabo en el Museo de Queens hasta finales de febrero.
La otra muestra, llamada Bruce Davidson: Brooklyn Gang, recopila más de 50 fotografías de aquella serie de 1959 producida por el estadounidense luego de unirse a Magnum Photos. Este trabajo fue el fruto de varios meses registrando la vida cotidiana de los Jokers, una de las pandillas callejeras adolescentes que preocupaban a los funcionarios de la ciudad de Nueva York en ese entonces.
“Davidson se acercó a los Jokers después de leer un artículo periodístico que detallaba su pelea con una pandilla de Puerto Rico. El hogar de los Jokers era una cuadra en Park Slope –Brooklyn- ahora uno de los barrios más deseados de Nueva York, pero que en ese entonces era un vecindario irlandés muy empobrecido. Mientras que en esa época muchos funcionarios veían a las pandillas como una evidencia del deterioro social resultante de la pobreza, otros las consideraban como unas de las manifestaciones más visibles de una generación de hombres socialmente desinteresados: rebeldes sin causa”, afirma la descripción realizada por el Museo de Cleveland donde se lleva a cabo la muestra.
Además, se citan algunas palabras del artista respecto a uno de sus trabajos más honestos e intimistas que registra en su mayor parte a estudiantes de escuelas católicas y alumnos desertores: “Yo tenía 26 años y ellos 15, pero pude ver mi propia represión en ellos y comencé a sentir una conexión con su desesperación. Empecé a sentir su retraimiento e incluso el mío. […] Me quedé mucho tiempo. Era un infiltrado.”
Mirá las fotografías en este enlace.