En los últimos días una serie de fotos antiguas de Buenos Aires plagaron las redes sociales. Un atardecer en la Plaza de Mayo, la previa de un partido en La Bombonera, niños en el Jardín Botánico, la Estación del Tren Mitre de Retiro, son algunos de los instantes citadinos que capturó el fotógrafo japonés Masahide Tomikoshi en su estadía en la ciudad a finales de la década del 70.
El nipón comenzó su trayectoria fotográfica en 1967 cuando tenía 19 años. Tres años después, luego del Mundial de Fútbol de 1970, decidió especializarse en deportes. Desde entonces viaja por todo el mundo recorriendo los más diversos eventos -sobre todo de fútbol-, y fue en junio de 1977 que llegó a nuestro país acompañando a la Selección Argentina.
La ocasión era para un partido amistoso ante Alemania, en el que Argentina perdió 1-3 en La Bombonera. Afuera de la cancha, nuestro país atravesaba uno de los años más oscuros de su historia. Tomikoshi llegó a poco más de un año del comienzo del Golpe de 1976, tres meses después de la publicación de la Carta Abierta a la Junta Militar y de la desaparición de su autor, el periodista Rodolfo Walsh, en manos del gobierno de facto.
Sin embargo, en sus días en la ciudad, el japonés retrató una atmósfera luminosa, una ciudad funcionando como de costumbre, y a las personas alegres e ilusionadas, quizás aún ilusas del verdadero contexto nacional, por el Mundial que se avecinaba.
Tomikoshi volvió en 1978 y 1979, y se volvió mundialmente conocido por sus retratos a Maradona. Pero su archivo fotográfico también cuenta con alucinantes fotos de la ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata, ambas sedes del Mundial. Las fotos, sacadas con una Nikon F y una Nikon F2, fueron publicadas en sus cuentas de Twitter e Instagram, y se volvieron virales en el éter digital.