Los animales son los más fieles compañeros del ser humano y alguien que podía dar fe de aquello era Salvador Dalí. El excéntrico artista vivió durante muchos años con Babou, el felino que apareció en algunas icónicas fotografías junto al pintor y que fue uno de los grandes inspiradores de su obra. Sin embargo, en esta historia hubo un pequeño engaño. Ese hermoso animal que supo estar a su lado y acompañarlo por diversos hoteles, restaurantes y cruceros, no era realmente un gato -como todos creían-, sino un ocelote.
¿Qué es un ocelote?
Según indican desde el portal National Geographic, “es un felino pequeño originario de América, conocido por su elegante pelaje moteado y manchas oscuras en un fondo amarillo o crema. Llegan a medir hasta un metro de largo y en peso alcanza los 16 kilos, su hábitat abarca desde Estados Unidos hasta América del Sur, y es un cazador sigiloso adaptado a una vida solitaria en bosques y selvas tropicales”.
¿Cómo logró mantener el secreto?
Lo cierto es que Dalí se las ingenió para engañar a propios y extraños con la verdadera naturaleza de su compañero, pues les decía que era un gato siamés con manchas pintadas. Increíblemente, muchos le creyeron. La leyenda dice que lo obtuvo en Colombia, luego de una visita en la década del 60. Otros, sin embargo, sostienen que fue el presidente Carlos Lleras Restrepo quien se lo obsequió cuando estaba en dicho país.
¿Qué pasó con Babou?
Babou acompañó al pintor desde 1960 a 1970, aproximadamente, y formó parte de muchas de sus apariciones públicas. Su estadía con él pudo haber sido más larga, pero las leyes de aquel momento en Europa, referidas a la tenencia de animales exóticos, no le permitieron al pintor llevárselo a España, donde vivía la mayor parte del tiempo.
Otras versiones indican que a lo largo de los años el animal creció a pasos agigantados y eso, sumado a su naturaleza salvaje, lo obligaron a encontrar otro sitio para vivir. Según el mencionado National Geographic, Babou pasó sus últimos años en un zoológico de San Diego, California, donde recibió cuidados profesionales y vivió en un entorno más apropiado para su especie.