El momento de la muerte y los rituales que lo rodean son probablemente de los temas más tabú para la cultura occidental. La muerte nos asusta, nos obsesiona, nos desestabiliza cuando sucede y muchas veces la vida parece girar en torno a esquivar la muerte. Por supuesto que para el arte, la muerte también es un tema más que trabajado y repetido: el cine, la literatura, la poesía, la música parecen versar sobre la muerte desde épocas inmemoriales, intentando adivinar qué sucede después de la vida, intentado sanar heridas de pérdidas o hablando sobre la inminencia de la muerte y la locura.
El fotógrafo danés Klaus Bo encaró su “obsesión” con la muerte y sus representaciones de una manera bastante original. A través del proyecto Dead and Alive, Bo viene fotografiando los rituales que rodean a la muerte en diferentes comunidades y naciones y a la experiencia que tienen los vivos de la misma. Este proyecto comenzó en 2011, luego de que Bo dejara la música, se comprara equipos fotográficos y empezara a viajar por el mundo. En lo que va de Dead and Alive, el fotógrafo ha recorrido lugares como Guatemala, Haití, Groenlandia, Madagascar, Ghana, Dinamarca, Rumania, India, Nepal , Indonesia e Israel. Su documentación íntima, artística y realista, logra marcar las particularidades de cada ritual y la posición de los vivos frente a los muertos.
Esta inquietud surgió después de que falleciera una mujer de la cual Bo estaba enamorado y, explicó: “Me hizo pensar en lo grande que es el tabú en esta parte del mundo.” Impulsado sobre todo por la mirada fatalista que occidente tiene de la muerte, Bo se dispuso a conocer y documentar las representaciones de la muerte.
Sus viajes, que han sido 16 hasta ahora, suelen durar entre 8 y 12 semanas y, afortunadamente aún no ha obtenido negativas de los familiares para ser parte de los rituales, a pesar del delicado momento. Si bien afirma no haberse impresionado con ninguno de los rituales que presenció, sí comenta que el más interesante fue el que conoció en Tana Toraja, Sulawesi, al sur de Indonesia.
Este año BO planea ir a México y Bolivia, el primero de ellos con una tradición en relación a los muertos conocida a nivel mundial. Y, siendo aún más ambicioso con respecto al proyecto, Klaus Bo está preparando un libro que recopile sus documentaciones, para lo cual está buscando el apoyo de capitales privados, ya que la financiación de todos sus viajes surge de su propio bolsillo. También proyecta llevar esta experiencia al cine, o a la televisión en forma de serie.
En entrevista con Joia Magazine, Bo se expresa sobre la experiencia social de la fotografía:
“La cámara se convirtió en mi manera de conocer gente, explorar culturas distintas, y contar historias, así como de entender a otras personas y otras culturas de modo que el mundo sea más pequeño y quizás un lugar mejor.”
Mirá algunas fotos a continuación y seguí el proyecto en su sitio oficial.