Durante mucho tiempo el museo Bredius de La Haya tuvo en su poder un boceto al óleo que, para los expertos, era una falsificación. Ahora, se comprobó que esta obra no era una imitación sino que pertenecía realmente a Rembrandt, el artista oriundo de los Países Bajos que es considerado uno de los mayores maestros barrocos de la pintura y el grabado.
La obra en cuestión se titula “La ascensión de la cruz” y pertenece al año 1640. Según reporta Télam, “sobre este boceto se hicieron nuevas investigaciones con técnicas innovadoras, junto a expertos del Rijksmuseum de Ámsterdam, lo que permitió determinar que la obra fue pintada por el mismo Rembrandt (1606-1669)”.
Dicho cuadro fue adquirido en 1921 por el primer conservador del museo de La Haya, Abraham Bredius, quien realmente estaba convencido de que había comprado un Rembrandt. Sin embargo, con el paso de los años varios expertos consideraron que la obra era una imitación.
“La calidad de los detalles está tan bien hecha que estoy convencida de que se trata de un Rembrandt“, dijo Johanneke Verhave, encargada de restaurar el esbozo expuesto en el museo Bredius desde su compra en 1921 (vía AFP). Ella estudió la obra junto a Jeroen Giltaij -conservador jefe de las pinturas antiguas del museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam-, quien la redescubrió mientras hacía una investigación para un libro sobre el artista, hace un año.
“Observé esta obra una y otra vez. Los golpes de pincel son brillantes“, dijo Giltaij, a quien esos “largos golpes de pincel” lo convencieron de que el boceto era un verdadero Rembrandt. “Las indagaciones muestran que el boceto contiene muchas modificaciones aportadas por el mismo artista al pintar, lo que significa que su composición era un proceso creativo”, añadió Verhave. “Esto significa que el autor cambiaba de opinión mientras trabajaba. No copiaba descaradamente otro boceto”, sentenció la experta.