Sebastián Saire recuerda el momento exacto en el que el punk entró en su vida. Una noche que su hermana mayor salió (ella ya estaba involucrada en la escena local), revisó su caja de casetes y le llamó la atención uno de color uva. Era el disco debut y homónimo de Los Violadores, él tenía 9 años: “Puse el cassette, apoyé mi oído en el viejo grabador y dejé que las canciones pasaron. A partir de ahí, todo sería descubrir”.
Su hermana y su primo, ocho años mayores que él, fueron clave en este descubrimiento. Con ella fue a su primer recital (Los Violadores junto a Estado Mayor Conjunto en Plaza Francia, entre 1989 y 1990) y con él integró por primera vez una banda (tocaba la guitarra en Asfixia). Desde 1994, Saire es la voz de MOFA, banda emblemática de la escena emo local, con la que dos años después editó en formato casete + zine su álbum debut, Las expresiones de mis silencios, hoy inconseguible. La banda continúa en la actualidad y el mes pasado editaron el single “Ventanas posibles”. En paralelo, fundó el sello y editorial Inerme Discos y Libros junto a su compañera, proyecto con el que hace unos años abrieron su local a la calle: Tienda Inerme.
En abril de este año, en pleno confinamiento y buscando una actividad que lo mantenga activo, Saire comenzó a revisar su propia caja de archivo. Se encontró con flyers, entradas de conciertos, pósters y zines que circularon en el under local y llegaron a sus manos desde aquel iniciático concierto en Plaza Francia. Abrió una cuenta de Instagram, Flyers Hardcore Punk Argentina, para documentar su registro, compartirlo y hacerlo extensivo: “En un principio lo imaginé como un perfil de Instagram para mis amigxs y conocidxs pero, de un día para el otro, muchxs se sintieron identificados con la consigna y comenzaron a compartir su archivo. La idea siempre fue hacer un perfil colaborativo, no limitado al archivo propio, y apelando a la memoria colectiva. Me parecía lo mejor para construir el momento o contexto de ese papel fotocopiado. Me limité al punk y derivadxs porque es el lugar que conozco y me siento cómodo. A partir de la repercusión, me interesó aún más rescatar el flyer como expresión urgente para la convocatoria de un recital, marcha o una acción concreta. Entender el poder del flyer, en la era pre internet, no solo por la cuestión estética sino porque estaba al alcance de todxs. El flyer es algo que unx mismx puede hacer, sin tener computadora o conocimiento de diseño, solo con la intención y los materiales para escribir, dibujar, cortar y pegar”.
¿Cómo empezó tu colección de flyers? ¿Cómo los conservás y clasificás?
Empecé a coleccionar flyers desde que tuve autonomía para ir a diferentes recitales de hardcore punk. Era clásico hacer puerta antes de entrar a un concierto y recibir flyers de diferentes shows, actividades o zines. Si organizabas conciertos con tu banda, esos flyers te servirían para reciclar las tipografías con el nombre de otras bandas y hacer uno nuevo. No todxs teníamos acceso a una computadora o impresora. Con los años me pregunté por qué pasa el tiempo y aún siento apego en esos papeles fotocopiados, por qué los conservo. La clasificación, en mi caso, fue separar los flyers de recitales en los que había tocado y los flyers de conciertos a los que había ido.
Además del género y de lo geográfico, ¿hay otros criterios que tenés en cuenta a la hora de aceptar o no un flyer que te llega?
Sí, por el momento solo subo flyers que hayan tenido su versión en papel hasta el año 2010, pero han llegado algunos muy buenos y alguna excepción hice. Lo que busco, principalmente, es que el flyer haya sido repartido en mano. Hago una selección de los archivos que me envían teniendo en cuenta el encuadre y la nitidez, para que se pueda lucir toda la información. Trato de tocar lo menos posible el archivo, si está en muy mal estado quizás le subo un poco el contraste a la imagen, pero la idea es que se vea lo más real posible. Respecto a los posteos no hay una línea de tiempo, puede aparecer un flyer del año 1986 y luego uno de 2006.
A tres meses de que abrió el perfil, la cuenta lleva publicados casi 1.100 flyers que son un fiel registro de la cultura DIY de los 90 y 2000 en Argentina, remarcando el vínculo entre el diseño gráfico y la música independiente en un mismo contexto contracultural. La colección es amplia y federal: hay de CABA y GBA pero también de conciertos que tuvieron lugar en Rosario, Chaco, Corrientes. Hay de bandas muy conocidas (Fun People, She-Devils, E.D.O., No Demuestra Interés, Loquero, incluso uno de Babasónicos circa Dopádromo) y de otras que posiblemente dieron su único show, eso no importa. Los comentarios a veces aportan anécdotas e información concreta (algo recurrente es que si la fecha está en el flyer, generalmente no indica el año), algunxs incluso se adjudican el diseño. Sebastián luego edita y actualiza la información de este archivo colaborativo y en expansión.
Con todo el material reunido, es fácil imaginar otros proyectos que se desprendan de este. A través de Instagram Live (y posteriormente IG TV), Saire está haciendo entrevistas en vivo a distintas figuras de la escena local: ya pasaron Pat Pietrafesa (She-Devils, Kumbia Queers), Cromy White (Fármacos) y Maxi Vadala, uno de los ilustradores más importantes del punk argentino. Sobre la posibilidad de una recopilación en formato físico, nos adelanta: “Estamos charlando sobre la idea de llevar este archivo a formato libro. Nos encantaría, como editorial, que este material tenga una edición física. También estaría muy bueno que se pueda exhibir junto a otras formas de comunicación urgente de la escena hardcore punk, pero dado el contexto no creo que sea algo que pase pronto”.
El archivo de expresiones contraculturales es una práctica necesaria para entender el contexto actual. La filosofía del DIY se aplicó en Argentina en base a una red de contactos en una época pre internet y los flyers y zines facilitaban el acceso a un universo nuevo. A diferencia de archivos de otras manifestaciones artísticas, los archivistas de la contracultura punk en Argentina son sus mismos protagonistas. Nicolás Cuello y Lucas Morgan Disalvo afirman en su libro Ninguna línea recta (2019) que “estos acumuladores punks pueden ser considerados arqueólogos obsesivos de lo extraño, como serios investigadores de los restos. (…) La memoria viva de esta contracultura es construida por personas que jamás pensaron en devenir archivistas, personas, en su lugar, que se dejaron guiar por una relación de fascinación y proximidad enferma con el mundo que construyeron contra la autoridad de lo normal”. Sobre el rol del archivo, Saire agrega: “Creo que el archivo es la mejor manera para entender y contextualizar el pasado, tomar lo mejor y escribir el presente”.
¿Cómo es la escena hoy? ¿Qué importancia se le da al flyer y otras expresiones gráficas dentro del circuito?
Sigo yendo a conciertos, veo bandas nuevas, hay una cantidad de cosas que pasan en diferentes lugares todo el tiempo, no son populares, tampoco buscan serlo pero existen. Están escribiendo su historia y reinventando el punk todo el tiempo. A veces me sorprende que, en este mundo tan globalizado y digitalizado, donde todo es urgente y te da herramientas para que la comunicación sea más rápida y distante, haya pibxs que todavía utilizan el flyer o el zine para invitar, contar o gritar que otro mundo siempre es posible.
Flyers Hardcore Punk Argentina recibe material en su casilla de mail: [email protected]. Revisá el archivo publicado en su cuenta de Instagram.
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