Hace un tiempo hablamos de Mike Mandel, un profesional oriundo de Los Ángeles que ideó un proyecto que consistía en fotografiar los moteles independientes de Estados Unidos, tanto por dentro como por fuera. Siguiendo con la fotografía, también nos enfocamos en el trabajo de Hugh Holland, quien capturó la cultura del skate en los años 70 mientras deambulaba por las calles de California con su cámara a cuestas.
Ahora es el turno de hablar de Megan Eagles, una profesional oriunda de Gales que tuvo la particular idea de fotografiar a diversos londinenses en compañía de sus mascotas, algunas de ellas convencionales y otras tantas salvajes, en un proyecto que se tituló London is a Jungle (Londres es una selva).
Acerca de este trabajo, Eagles comentó (vía It’s Nice That): “¡Pensé que sería un proyecto divertido en el que podría pasar el rato con algunos amigos peludos por una tarde!”. Lo que al inicio resultó ser exactamente eso, una divertida manera de registrar diversos animales con sus respectivos dueños, pasó a convertirse en un proyecto más personal y emotivo, orientado a resaltar la importancia de las mascotas en la vida de las personas y viceversa.
Eagles comenzó su camino en la fotografía a los 15 años y, luego de trabajar con editoriales de moda, orientó su trabajo hacia lo documental. “Me encanta la intimidad que se genera entre los sujetos y yo, pasar tiempo con ellos y escuchar sus historias”, reveló. En London is a Jungle, lo más importante para la fotógrafa fue capturar la intimidad de los lazos entre los animales y las personas.
Una mujer llamada Lorraine que abraza tiernamente a su gallina rescatada; un hombre que posa con una pequeña tortuga en su pecho; una joven recostada en una cama repleta de conejos y un pequeño canario parado sobre la cabeza de su dueño son algunas de las imágenes que componen esta peculiar serie sobre los lazos y “las amistades duraderas”.
Mirá algunas fotografías a continuación: