Quienes suelen ver películas con regularidad seguramente recuerden algunos de los logos más famosos de la historia del cine. Uno de los más emblemáticos es el de Columbia Pictures, que muestra a una mujer vestida de largo levantando una antorcha. Si bien dicha imagen es una pintura, lo cierto es que está basada en una fotografía real, tomada por la ganadora de un Pulitzer Kathy Anderson en 1991.
Según cuenta el portal PetaPixel, todo comenzó cuando Michael J. Deas –amigo de Anderson-, le pidió que tome una foto para usarla de referencia en una pintura. “Michael tenía una visión para la pieza. Creé una luz suave que acentuaría cada pliegue en el material y halagaría a la modelo. Mi inclinación por los grandes modificadores de luz softbox resultó perfecta para la tarea”, le dijo la fotógrafa al mencionado sitio.
Anderson trabajaba en el diario The Times-Picayune y, como Deas necesitaba una modelo para que pose, se le pidió a Jenny Joseph –colega de la fotógrafa-, que aceptara el desafío. El día en que tomaron la foto, el ilustrador llegó con varios elementos que podían favorecer a la creación de la imagen, entre ellos sábanas, una bandera y una pequeña lámpara que recordaba a una antorcha.
Para lograr la foto perfecta, Anderson realizó muchísimas tomas, desde diferentes ángulos, y probó con varios elementos: “Jenny estaba envuelta en una sábana blanca. Probamos con la bandera sobre la sábana y luego con la tela azul sobre la sábana. En última instancia, elegimos la tela azul. Los materiales fueron cuidadosamente dispuestos. Se colocaron luces para acentuar los pliegues en la tela y crear un reflector en los ojos de Jenny.”
En un momento de la sesión, la fotógrafa recuerda que Jenny pidió sentarse luego de estar tanto tiempo parada sobre una caja. En esa posición le tomó una fotografía, la favorita para ella. Pero luego, la modelo reveló una información que nadie imaginaba: “Después de charlar durante un minuto, ella contó que estaba embarazada. Después de felicitarla, reanudamos la sesión, pero me preocupaba que estuviera parada en la caja”.
Estaba claro que Anderson no imaginaba lo que dicha fotografía sería en el futuro. Sin embargo, ella cuenta que, de no haberse convertido en tan famoso logo, igualmente recordaría esa sesión como una de sus favoritas: “Tal vez porque tuvo lugar en mi sala de estar, con mis buenos amigos. […] Siempre recordaré este día con cariño”.
Además de tomar esta icónica fotografía, Anderson –oriunda de New Orleans- tuvo reconocimiento por captar algunas de las imágenes más devastadoras del paso del huracán Katrina. De hecho, la mujer ha confesado que una de las fotos más difíciles que tuvo que tomar fue la que hizo dentro de la iglesia St. Paul tras la recordada tragedia: “Era parte de la escuela de mis hijos, y pasaba todas las mañanas en la capilla con los estudiantes”, contó.