Motoi Yamamoto es un artista nacido en Onomichi (Hiroshima, Japón) que se dedica a realizar impresionantes diseños usando un solo material bastante común en todas nuestras cocinas: la sal.
Desde hace décadas, este artífice se dedicar a elaborar con total paciencia y detalle toda clase de diseños: desde huracanes y pétalos de flores hasta redes neuronales y laberintos. Sin dudas, el resultado de su labor es tan simple como imponente e hipnótico.
Otro aspecto increíble detrás de su obra es el motivo que llevó al nipón a desarrollarla: resulta que en la cultura de su país, la sal tiene un significado bastante importante debido a que se la asocia con ritos funerarios. Motio decidió adoptar ese elemento como el protagonista de sus esculturas cuando su hermana falleció a causa de un agresivo cáncer cerebral con apenas 24 años de edad. Tal experiencia marcó a Yamamoto a nivel personal, pero también determinó su estilo artístico.
Actualmente, sus creaciones son admiradas en todo el mundo por su simpleza y por su capacidad de emocionar al espectador; cada una de sus instalaciones propone una profunda reflexión sobre la vastedad y perfección de la naturaleza. Asimismo, el constante devenir entre la vida y la muerte de todas las criaturas es algo que también recorre de un modo subconsciente su obra.
Mirá algunas de las imágenes que da cuenta de su genialidad a continuación.