Desde hace un tiempo, los museos y galerías de arte se hacen presentes con más fuerza en la escena cultural y reclaman esa masividad que manifiestan los recitales, las obras de teatro y los bares. Mediante muestras, visitas guiadas y eventos especiales, buscan acercarse a un espectador que desconoce la existencia de esos lugares, aunque es difícil para muchas de estas instituciones correrse de la norma e integrar de manera fluida al público esperado.
El rumor dice que para entrar a un museo hay que conocer sobre arte. Esto genera que los visitantes se sientan expulsados cuando miran un texto de sala que no comprenden o cuando tienen que mantener cierta distancia ante las obras. Son muchas las reglas para aprender y las personas no tienen tanto tiempo para memorizar los protocolos. Esto convierte a ciertas instituciones artísticas en espacios fríos, como si fueran academias impenetrables.
Otro problema interesante es el debate entre consumir y pensar. Para los más prejuiciosos, el entretenimiento y la reflexión deben ir por carriles diferentes. Para construir conocimiento están los museos, mientras que en los shoppings es donde se consume y no hay un proceso transformador en las personas. Pero una visión menos polarizante puede admitir que consumir eventos o productos culturales puede ser igual de transformador que ir a una clase magistral de un filósofo de moda.
Local Support entiende de esto al haberse vuelto un espacio de encuentro entre artistas visuales, músicos y cualquier otra persona que ande por ahí. Funciona como bar, galería de arte y espacio de muestras de todo tipo. No se sabe muy bien si las personas que lo visitan están interesadas en ver obras de arte o tomarse un trago pero ambas cosas suceden. Pareciera que el hilo conector es la música, y a partir de ahí todo lo demás.
Lea Digiovanni, creador y curador de Local, intenta crear un lugar con una marcada influencia del street art y de esos multiespacios de los años ochenta en Nueva York, donde había un recital en un sector, una lectura de poesía en un escenario o una performance en la terraza. En el primer piso funciona una galería de arte curada por Lea y en la planta alta del lugar se realizan muestras de arte donde los artistas pueden visibilizar su trabajo.
“Nos interesa tener un affaire con los artistas, generar una conexión entre ellos y el espacio -dice Lea en conversación con Indie Hoy-. Yo me encargo de seleccionar a los artistas y curar muestras que pueden durar un mes o que pueden ser super efímeras y durar solo 3 días”.
Esta semana se puede disfrutar de la muestra La armonía de los mundos, donde la artista Josefina Porro despliega unas esculturas llenas de colores e ingenuidad, pequeñas y muy pop, como si fueran amuletos que entran en la palma de la mano o escenas cotidianas cargadas de fantasía.
Todas las obras de la galería y las muestras están a la venta. Nosotros no comisionamos por la venta de obras de los artistas, esto es una gran diferencia. Las personas nos escriben y nosotros las ponemos en contacto con los artistas. Todo está a la venta, desde pósters, ropa y obras de arte de todo tipo”.
Hace poco se inauguró en el tercer piso una muestra colectiva llamada Lo Hi con posters coleccionables de 40 artistas. Las imágenes van desde la caricatura simpática de un diablo sonriente y un Goku con chupines apretados para acentuar sus glúteos, hasta una frutilla hecha con la simpleza del Paint. Son obras para disfrutar y que cuentan con la autoría de figuras interesantes del arte urbano de los últimos años, como Ivana Boullon, Jo Murua y No Me Baño, entre muchos otros.
Las obras de arte buscan conectar el mundo de la música, el street art, la fotografía y diferentes expresiones del arte contemporáneo. Lea dice: “Desde el inicio queríamos que en Local estuviera involucrado el arte. Fue pensado para artistas y en un primer momento fue concebido por artistas. Creemos que el arte es muy importante e intentamos darle el lugar que se merece“.
En la galería se puede ver la afinidad de Lea por el lenguaje artístico que se encuentra en las calles. Gran parte de su rutina consiste en recorrer la ciudad y mirar graffitis para luego trasladar todas esas influencias en la selección de los artistas de Local. Sus artistas preferidos son Gordo Pelota, El Marian y La Delmas, grandes referentes del street art. También le interesa visitar museos y nutrirse de obras más contemporáneas y es habitué de la galería Barro y Pabellón 4. Todos estos elementos se unen para generar muestras donde el público pueda charlar con los artistas, conocerse e intercambiar opiniones sobre el arte. Acerca de esto, Lea dice: “Intentamos que Local sea un lugar más descontracturado que las galerías de arte tradicionales. También intentamos que el espacio funcione como una casa para los artistas, un punto de encuentro para que charlen, discutan ideas y se tomen un café”.
Además de las muestras, Local genera otros eventos para sumar a su agenda cultural. Hay proyecciones donde se estrenan los videoclips de músicos como Cazzu y Dante Spinetta, encuentros de dibujo y festivales de música. Esto lo convierte en un espacio libre de prejuicios y que se puede habitar sin el miedo de sentirse juzgado, como a veces sucede en museos o galerías más tradicionales.
Para disfrutar de las cosas, ya sea un trago o una obra de arte es importante generar una atmósfera. Los DJs saben mucho de esto, sus sets logran que las personas bailen hipnotizadas mientras se olvidan de todos sus problemas. Solo basta con estar dispuesto y entregarse. Local genera una atmósfera donde todo parece fácil. Uno está ahí, mira una obra de arte y recorre el espacio como si se tratará de una expedición. Esa es la magia de los lugares, su capacidad de hacernos olvidar de nosotros mismos, aunque sea un rato.