Leonardo Gotleyb nació en 1958 en Resistencia, Chaco, y actualmente reside en Buenos Aires. Desde esta ciudad, trabaja para elevar al grabado argentino a los primeros puestos del arte gráfico mundial.
Este año, el artista chaqueño recibió el premio honorario “Special Award for the Development of World Contemporary Art” en la décima edición del Trienal Internacional de Grabado Bitola, llevada a cabo en esa ciudad de Macedonia. Este reconocimiento le fue otorgado por su desarrollo y aporte al grabado contemporáneo del mundo y fue el único artista argentino en ser seleccionado. El centro de operaciones de la Trienal es en las instalaciones del Instituto Nacional de Artes y Tesoros Arqueológicos de Bitola, en Macedonia del Norte.
El galardón fue otorgado por el Comité de la trienal internacional en el pasado a personalidades de la gráfica mundial como Lukasz Bogdan de Polonia, Victor Manuel Hernández Castillo de México, Basil Frank de Israel, Martín García Rivera de Puerto Rico y Guy Langevin de Canadá, entre otros artistas de renombre. Vlado Goreski, director de la Trienal de Arte Gráfico, consideró a Gotleyb como “uno de los autores más importantes del arte gráfico del mundo. Es un autor original con marcados mensajes ecológicos, un perfeccionista en su técnica con una poética profunda y una creatividad e inventiva excepcionales”.
La labor de Leonardo no solo consiste en grabar: también es profesor de la Universidad Nacional de Artes, donde se graduó de Licenciado en Artes Visuales. Además, su reconocimiento internacional lo llevó a dictar cursos y conferencias en otras universidades de Argentina y del mundo. El polifacetismo de este artista chaqueño se completa con importantes curadurías, trabajos de jurado y la residencia de artistas que dirige en el pintoresco barrio de La Boca.
La técnica que domina a la perfección este artista es la xilografía y el eje principal a lo largo de sus grabados es el paisaje urbano. Sus ruinas, materiales, luces, sombras y transformaciones, le dan vida e inspiración a la obra del artista chaqueño. Como ejemplo de esto, Leo nos relata sobre una de sus series más importantes:
“Mi última serie surge a partir de un hecho trágico para los argentinos y el mundo, el atentado terrorista contra la Embajada de Israel en Buenos Aires. Sentí un deseo irresistible de registrar el hecho en mi obra, no de manera morbosa, sino como el ejemplo más acabado del odio irracional: hierros retorcidos, restos de paredes y columnas, derrumbe. El hombre desaparecido, tragado por esa garganta de escombros, sin poder develar el misterio de lo acontecido. Así nace la primera obra de esta serie, ‘Testigos silencioso'”.
La importancia social de la obra de Gotleyb se condice con su alto desarrollo técnico y estético. Tal es así que sus obras son conocidas desde 1987 y, con humildad genuina, Leonardo indica que perdió la cuenta de las veces que lo seleccionaron para Bienales, pero que de seguro son más de 100. Los premios internacionales sí están contados y con este último de Macedonia ya suma 18 en su cuenta. Japón, Egipto, Italia, México, España, Polonia, Corea y Eslovenia, se destacan entre los países que reconocieron al artista.
Luego de la inspiración que suscitó el atentado a la embajada de Israel, Leo se enfocó en “construir a partir de la destrucción”. “Es una mirada ecológica sobre aquellas ciudades que dan la espalda a la naturaleza -indica el artista-, paisajes post industriales o grandes ciudades que crecen en forma desmedida. Un alerta para generaciones presentes y futuras sobre cómo cuidar nuestro planeta, que de manera irresponsable ponemos en peligro cotidianamente. A través de mi obra intento reflexionar sobre estos temas y otras cuestiones que tienen que ver con nuestra existencia y el frágil equilibrio entre hombre y naturaleza”.
Desde estos puntos de vista, Leonardo sigue enalteciendo al arte argentino. Recomendamos especialmente prestar atención a su obra sobre el transbordador de La Boca, donde diagonales, luces y sombras encantan a quien la mira. “El grabado es un original múltiple -dice Leo sobre la técnica de la xilografía-. Esto significa que es posible imprimir más de una estampa, que se numera según su edición y se firma. Todas ellas son consideradas originales”. El artista destaca las virtudes de esta técnica con respecto a los colores: “La austeridad del grabado en madera nos enseña a descubrir los colores que habitan en el blanco y negro”, sentencia.