La mordacidad de las creaciones de Pablo Suárez es indiscutible. Desde mediados del siglo pasado hasta los años 2000, el artista plástico argentino abordó lo que a muchos de sus colegas le resultaba vulgar, o al menos no digno de representación pictórica. Para él, la periferia social resultaba lo central. Una muestra de ello es “Narciso de Mataderos”, una de sus piezas más insignes.
A pesar de que eligió retratar sectores marginados de la sociedad, o quizá en razón de ello, llegó a convertirse en uno de los más vanguardistas de su época. Ahora el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), acaba de inaugurar una retrospectiva de su obra seleccionada por Jimena Ferreiro y Rafael Cippolini. El nombre elegido para esa selección es Narciso Plebeyo.
Acerca de los retos que supuso armar esa exposición, esto comentaron los citados curadores durante la presentación ante de la prensa de la misma:
“Suárez era muy crítico del sistema del arte. Bajo estos preceptos fue complejo pensar una curaduría sobre su obra. Por momentos adherimos y por momentos nos distanciamos de su postura”.
Quienes han tenido la oportunidad de apreciar algunas de sus cuadros, dibujos y esculturas; sabrán que la desnudez, la pobreza, la desfachatez y lo erótico son asuntos que suelen hacer presencia en ellas. En pocas palabras, Suárez quería ser contundente, llegarle al público sin intermediarios. De hecho, en cierta oportunidad reconoció:
“Hastiado del arte que reflexiona sobre sí mismo, deseo un arte dirigido a producir una respuesta emocional en el espectador, que no lo obligue a un paseo más o menos erudito por los últimos años de la pintura”.
De manera que desde hoy 23 de noviembre hasta el hasta el 18 de febrero de 2019 se podrá visitar esa colección de más de 100 obras suyas en el MALBA (Avenida Figueroa Alcorta 3415, CABA). El horario habilitado será de jueves a lunes de 12 a 20, los miércoles de 12 a 21 y feriados de 12 a 20.