Poms es un cuerpo lleno de tatuajes, un bigote cortado por un bisturí, un flequillo negro que le envuelve la cabeza y dos ojos pequeños, parecidos a los de un perro callejero. También es artista, grafitero, ilustrador y diseñador. Ante todo, es un comerciante de imágenes. Entre el humor y la ironía, su trabajo es la exposición de un mundo ligero y sin preocupaciones, donde el placer se extiende lo más que se pueda. Le dicen Poms, pero se llama Pablo Sánchez, un verdadero hedonista.
Poms nació en mayo de 1985 y se crió entre los barrios de La Boca y Barracas. Tuvo una infancia en la calle jugando con amigos del barrio. En sus tiempos libres comenzaba a desarrollar un gusto por el dibujo, las primeras señales de un artista en construcción. Cuando arrancó el secundario en una escuela técnica, descubrió los aerosoles y comenzó a pintar cualquier pared que encontrara en su camino. En la escuela también aprendió sobre tipografía, diseño y dibujo publicitario, lenguajes y técnicas que serían fundamentales en el futuro de su carrera.
Perritos que manejan motos, una Virgen María que sostiene un cogollo de marihuana, una gorra de policía prendida fuego. Estas son algunas de las imágenes que componen el mundo Poms: un territorio donde el humor se mezcla con el espíritu antipolicía del artista y su culto al placer. Sus referentes a la hora de trabajar son Keith Haring, Andy Warhol y el colectivo italiano Memphis Milano, todos artistas de los ochenta que vivieron la época dorada del grafiti y que le enseñaron a Poms a construir un equilibrio perfecto entre síntesis y juego de colores.
“Mi trabajo es un mix entre grafiti, diseño e ilustración. Busco comunicarme de una manera muy directa”, dice el artista en conversación con Indie Hoy. Poms puede diseñar una prenda de vestir, un objeto o una ilustración con el mismo entusiasmo. No le interesa la distinción entre producto y obra de arte: uno de sus objetivos es crecer en lo que hace y para eso explora diversos formatos. En su extenso catálogo hay pipas para fumar, medias, tote bags y almohadones, entre muchas otras cosas. Son productos comercializables pero no dejan de ser obras de arte, artefactos que proponen nuevos puntos de vista sobre lo que nos rodea.
En las imágenes de Poms aparece la premisa de una vida sin obligaciones, un transitar ligero por la tierra. Cada diseño parece una oda al tiempo libre, a fumar marihuana y al escape de los regímenes de la vida cotidiana. El amarillo y el rosa son colores que llaman la atención y generan una atmósfera de goce, casi infantil. Pero no hay que confundirse, no todo es liviandad en el artista. También hay un mensaje de lucha contra las instituciones de control, como pueden ser la policía, el home office y la vida burguesa. Y una denuncia contra los prejuicios que existen alrededor de la droga, pintar paredes y vivir por fuera de las normas sociales.
A los 15 años, Poms fue detenido por grafitear en la calle y la policía le hizo una causa por daños y hurtos. Además de la violencia institucional, el artista y sus amigos vieron cómo los oficiales confiscaban sus materiales de trabajo y nunca más pudieron recuperarlos. El hecho marcó fuertemente a Poms, sirvió para desarrollar obras que den cuenta de la brutalidad y el sinsentido de la policía como organismo de control. “Hace poco me hicieron una contravención por pintar un lugar que ya estaba explotado de grafitis, solo para justificar la labor del día de los policías”, señala el artista.
El Marqués de Sade afirmaba: “El orden social a cambio de libertad es un mal trato”. El espíritu de la frase se podría comparar con las obras de Poms. Libertad, placer y una mirada sospechosa contra los protocolos de la sociedad, son algunas de las premisas que rodean al artista grafitero. También, sus imágenes podrían ser hermanas de la poesía del escritor argentino Mariano Blatt. En especial con un fragmento de su poema “No hay nada más lindo” que dice así: “Pero todo es tan lindo./ Y no querría despedirme sin antes recordarles que no hay nada más lindo que lo que nos pasó, incluso habiéndonos pasado cosas no tan lindas./ Así como tampoco hay nada más lindo que todo lo que todavía nos está por pasar”.