Después de pasar más de 60 años en una caja fuerte, encontraron más de cien dibujos inéditos de Franz Kafka. Por lo que se sabe, parte de las obras fueron realizadas cuando el escritor era un joven estudiante universitario y serán publicadas la próxima semana con otras piezas ya editadas del autor. Las ilustraciones fueron salvadas por decisión y acción de su amigo, el escritor checoslovaco Max Brod, ya que iban a ser incineradas al momento en que Kafka murió, como pasó con sus manuscritos.
Brod, que admiraba los dibujos de Kafka, le solicitaba los borradores e incluso los recuperaba una vez que el escritor los descartaba. Cuando huyó de los nazis que invadieron Praga en 1939, después de un largo viaje en tren y barco, se llevó los dibujos y otros materiales del autor. Cundo finalmente llegó a Palestina, el escritor guardó los manuscritos en la biblioteca del editor y coleccionista Salman Schocken, quien publicó las Obras Completas, mientras depositó los dibujos en una caja de seguridad de un banco de Tel Aviv.
A las 41 obras se sumarán otras 122 piezas que un grupo de siete editoriales de diversos países publicarán por primera vez. La versión traducida al español llegará gracias a la editorial Galaxia Gutenberg en una obra que, además de los dibujos, incluirá un estudio sobre ellos y su historia a cargo de los intelectuales Andreas Kilcher, Judith Butler y Pavel Schmidt. “Los dibujos desafían la coordinación cinestésica de las partes del cuerpo, parecen desorientados y carecen de coordinación, o de movimiento intencionado”, expresó Butler en uno de los textos que incluye el libro. “Los dibujos de Kafka abrevan, a la vez, en el arte japonés y, en la caligrafía, aparecen trazos muy negros y anchos”, escribió por su parte Kilcher.