José Azocar y su nueva banda kolín Markis presentan su disco debut llamado Apocalipsis feliz, un disco que cuenta con doce canciones que se resumen en un último adiós al rock clásico de los Roling Stones y en una puerta que se abre con bases, teclados y sonidos electrónicos que dejan entrever un camino hacia fronteras cercanas al electro pop de los ochenta.
Músico sanjuanino, residente en Villa María, provincia de Córdoba, ciudad lo más parecido a La Plata en su movimiento musical independiente emergente en los últimos años, entre otras cosas fue el encargado de componer y grabar por completo las canciones de este apocalipsis feliz, que como el mismo afirma: “es el apocalipsis feliz de la adolescencia, tardía en mi caso pero apocalipsis al fin, y de mi carrera universitaria como ´músico con título´, ya que no quiero saber más nada con el ecosistema académico“.
Lo que hace interesante a este disco debut es la extraña mezcla de, por un lado, un nuevo rumbo musical más que abarca como principales influencias la música pop electrónica sobre la cual el cantante de Kolín Markis comenta: “de repente estoy abriéndome un poco a algo que siempre desestimé, como la música del electro pop ochentoso y el uso de pistas o bases electrónicas, hoy me siento mucho más cercano y abierto a otros estilos”. Por otro lado, este álbum también fue pensado como Trabajo final de grado de la carrera de composición musical, lo que hace que se vean reflejado en las canciones estructuras musicales sólidas pensadas para ser presentado delante de un tribunal de profesores “académicos”. Con respecto a esta mezcla de caminos para encarar la creación de musical, José cuenta que “más allá de haber pensado en esta funcionalidad fríamente, a la música le encuentro ese espíritu al cual quiero llegar. Por más autocrítico que me ponga, lo he escuchado varias veces de principio a fin disfrutándolo a pleno”.
Grabado en su totalidad por el líder de la banda, se podría definir al conjunto de canciones con un estilo electro pop rock, aunque, a la hora de las presentaciones en vivo se produzca un cambio, ya que además de las pistas de sonidos cuenta con una banda compuesta por Daniel Sordello en batería, y Gonzalo Beletti en guitarra, que le dan un power extra a las canciones, como resalta el músico “ahí se pasa más a lo electroclash o electro punk… mucho más potente y estéticamente más teatral de lo que se podría imaginar sólo escuchando la grabación de estudio”. Además de los integrantes que componen la banda de Kolín Markis, a los shows en vivo se le suman el uso de proyecciones de ilustraciones coloridas creadas por el cantante para cada canción en particular, así como también algún que otro disfraz pensado para la ocasión.
Con respecto a las influencia que se pueden escuchar, son muy amplias y diversas, lo que hace aún más atractivo su escucha, partiendo de bases que mantienen el espíritu de los Roling Stones, pero aplacadas por los sonidos electrónicos y la “perfecta ejecución” del programa de sonido Reason 4.0. A partir de ahí el abanico electrónico que se abre va desde el electro rock más íntimo y de bajo presupuesto como ser Chapasound, músico de la ciudad de Villa Carlos Paz, pasando por Scissor Sisters y los Tings Tings, de lo que marca José “el objetivo es llegar a la energía de estos últimos, así como también, aunque no se note en este disco, a la alegría y el humor de Gunter y Electrochongo”.
Canciones como “N.N”, “Vuelos de la Suerte” y “Caja Negra” contienen frases que recuerdan la vida en los 70’, que se combinan con estados de ánimo como “No siento nada”, y con el irónico punto de vista de una “Serpiente” demonizada que se revela ante el poder dominante y se ríe de los castigos que le aplican para amoldarla. Por último llega la fiesta final, en lugar de un juicio final, con un “Apocalipsis Feliz” donde el mundo es invadido por unos D.J. “Aliens” que “nos dicen, todo bien con esas heridas pero dejá a los niños gritar y bailar y festejar hasta el fin… con la idea de vivir un ´hoy´ más actual y no tan atrapado en otros tiempos”.
Azocar analiza a las letras como un proceso de cambio y adaptación, de una generación joven que quedó trunca, muy borrada y reprimida y que en estos tiempos se está uniendo a otro espíritu joven promotor de una idea menos violenta y más festiva. “A lo mejor esto nuevo es más frívolo, pero a la vez es más tolerante y abierto a cambios.”
Apocalipsis Feliz es el primer paso hacia una búsqueda mucho mayor de creación musical despojada de todo pasado, dejando atrás todo lo que intente detener el avance hacia su propio ser interior donde se encuentra la clave para alcanzar una música libre de prejuicios y valores externos, como el mismo José asegura: “en mí individuo se refleja como el nacimiento del adulto (recién nacido) que lleva en la memoria todo el intento de amoldamiento por parte de la sociedad, los padres y los maestros, pero que le pone un fin y quiere empezar a bailar y gritar libre por su propia cuenta”.