La historia del cine esconde un sinfín de producciones que pasaron sin pena ni gloria y otras que sí lograron superar el desafío del tiempo. Muchas de las que fueron olvidadas comparten un factor fundamental (o mejor dicho, la ausencia de dicho factor): no cuentan una historia que valga la pena contar. O si lo hacen, lo hacen mal.
Por fortuna, existe otro gran grupo de largometrajes que contienen esas cualidades diferenciales que posee cualquier libro, serie, o en este caso film que pueda catalogarse como “clásico”: atributos únicos que afloran desde el momento mismo de su creación, que cosechan un reconocimiento que trasciende épocas para mantenerlos siempre vigentes en el imaginario colectivo.
Esto puede traducirse en revelaciones o en reflexiones que inviten a cuestionar algo en particular sobre lo hasta entonces establecido. Pero fundamentalmente en pasión, volcada en la narración y producción de la manera en que solo los grandes creadores consiguen hacerlo: llevando al espectador a vivir la aventura junto a los protagonistas, despertándole esa empatía que lo lleva a reír, a sufrir, a vivir y a morir con ellos.
Un listado completo de esas joyas exponentes de lo mejor del séptimo arte sería casi interminable. Pero hoy solo comenzaremos reseñando tres perlas de suspenso y terror de los años sesentas que son imprescindibles para todos los fans del género o simplemente del buen cine.
El pozo y el péndulo
1961 – Dir: Roger Corman
El relato del gran Edgar Allan Poe que inspira esta película es sin lugar a dudas una de esas selectas piezas de la literatura universal que cumple con todos esos requisitos para que una obra se convierta en un clásico. La película está a la altura, a pesar de tratarse de una adaptación libre, porque ofrece una historia atrapante, rebosante de originalidad. Y porque cuenta con la impecable participación de actores como la del eterno Vincent Price, garantía de calidad que supo dejar su sello en otras célebres producciones que lo tuvieron como figura principal.
The Pit and the Pendulum tiene como coprotagonista a Francis Barnard, un joven inglés que llega hasta un siniestro castillo para investigar la misteriosa muerte de su hermana. Allí lo recibirá su cuñado Nicolás Medina (Price), que vive atormentado desde el momento del fallecimiento de su amada. Barnard en principio desconfía de su versión de los hechos llegando a pensar que el propio Medina fue el asesino, sospecha que se acrecienta al descubrir en él actitudes extrañas, complejas de explicar, y al descubrir luego que resulta ser hijo de un cruel inquisidor español (de ahí el guiño a la historia original de Poe).
El pozo y el péndulo está disponible en YouTube y Qubit.
El bebé de Rosemary
1968 – Dir: Roman Polanski
Esta obra maestra comparte un podio particular junto a Psicosis y El exorcista, otros clásicos contemporáneos que al día de hoy continúan erizando la piel a pesar de haberse realizado con recursos mucho más simples que los que existen hoy día a disposición de la industria. ¿Cuál es el factor principal que lo hace posible? Una vez más: brillantes actuaciones y un gran argumento, inspirado en una temática que pocos se habían animado a explorar hasta ese momento.
También suma a esta producción el halo místico que envolvió al proceso de la filmación: desde amenazas proferidas por grupos de reales adoradores de lo oscuro (que, incómodos, no deseaban que tomaran difusión algunas de sus más sórdidas prácticas) hasta el propio set donde se desarrolla la trama. Ya desde antes del rodaje, el edificio Dakota era célebre por rumores sobre extraños hechos que allí sucedieron, entre los cuales se pueden mencionar rituales satánicos y fenómenos sobrenaturales inexplicables.
La historia de Rosemary’s Baby gira en torno al embarazo de una joven angelical que se muda junto a su pareja al edificio, buscando un espacio más amplio para formar su familia. Allí conoce a un sospechoso y entrometido grupo de vecinos que, al “enterarse” de que va a ser madre, deciden asistirla durante el embarazo. Todo resulta ser una conspiración, de la cual incluso el propio marido de la protagonista es parte.
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La noche de los muertos vivientes
1968 – Dir: George A. Romero
Las películas de zombies han proliferado a lo largo de la larga historia del cine. Fue Night of the Living Dead la obra que catapultó a estos siniestros personajes al estrellato, consolidándolos como sinónimo inequívoco del apocalipsis. Claro que aquí aun no se los llega a apreciar desmembrados o putrefactos como actualmente se conciben, pero sí marcando ya esos rasgos de violencia y sed por la carne humana que los sabe definir. Lo destacable es que nada más que eso hizo falta para impresionar al público, cuando hoy un film de este estilo necesita tirar mano del aspecto de estos seres para alcanzar el mismo objetivo.
El argumento gira en torno a un grupo de sobrevivientes atrincherados en una granja que hacen lo que pueden para repeler el súbito ataque de una voraz horda que los rodea, vuelta a la vida a causa de una misteriosa radiación extraterrestre. Una trama que hoy no suena de lo más original, pero lo cierto es que sí lo fue en ese entonces. La historia se encuentra varios escalones por encima de las actuaciones de buena parte del reparto, aunque solo eso bastó para lograr el merecido reconocimiento de la crítica.
Misión cumplida para el director George A. Romero, que logró transmitir al espectador la sensación del sufrimiento que padecía ese puñado de personas comunes y corrientes acorraladas. También por la manera de presentar cómo dentro de ese tenso ambiente afloraba la miseria humana y la violencia, incitadas por la necesidad de sobrevivir a cualquier costo. Y por animarse a presentar impactantes escenas donde se ve a los muertos vivos devorando ávidamente a sus presas humanas.
La noche de los muertos vivientes está disponible en YouTube, Mubi y Qubit.