La gran mayoría de los directores de cine que están detrás de películas exitosas y aclamadas continúan su carrera con nuevos proyectos que generan gran expectativa entre el público. Sin embargo, también existen casos de realizadores que crearon obras fabulosas y luego desaparecieron de la industria o no lograron igualar el nivel del film que los llevó a la fama. A continuación, tres directores cuyas óperas primas son verdaderas joyas del cine, pero que después se desvanecieron del panorama cinematográfico.
Tony Kaye
El director británico debutó con el largometraje American History X (1998), protagonizado por Edward Norton, que narra una cruda historia sobre el racismo. La película, aclamada por la crítica y reconocida en numerosas premiaciones, se centra en la perspectiva de un neonazi y en cómo el odio hacia el otro también puede destruirlo a él mismo. A pesar de que esta obra fue un éxito rotundo y sigue siendo revisitada hasta hoy, Kaye no continuó una carrera prolífica dentro del mainstream de Hollywood.
Su siguiente proyecto fue el documental Lake of Fire —una reflexión sobre las diferentes posturas frente al aborto—, que se estrenó ocho años después de su ópera prima. Kaye también se dedicó a la dirección de videoclips, trabajando con artistas de renombre como Red Hot Chili Peppers, Johnny Cash y Roger Waters. Sin embargo, ninguno de sus proyectos posteriores logró igualar, y mucho menos superar, el impacto de American History X.
Daniel Myrick y Eduardo Sánchez
En 1999, el cine de terror vivió un auténtico fenómeno con el estreno de El proyecto Blair Witch, un film que revitalizó el subgénero found footage. La película, de bajo presupuesto y acompañada por una efectivísima campaña de marketing que jugaba con la idea de documental, se convirtió en un éxito rotundo e influyó en numerosas producciones posteriores. Sin embargo, los directores detrás de esta obra no volvieron a gozar de la misma fortuna en la industria.
El cubano Eduardo Sánchez regresó al género dirigiendo uno de los segmentos de V/H/S 2 y también participó en episodios sueltos de series como CSI: Las Vegas y Yellowjackets, aunque no llegó a consolidarse como una figura destacada dentro del terror. Algo similar ocurrió con Daniel Myrick, quien más tarde realizó películas menores y, en 2024, estuvo a cargo de Triple 7.
Robin Hardy
Si hablamos de folk horror, El hombre de mimbre es una película imprescindible. Estrenada en 1973, se convirtió en una obra fundamental para el desarrollo de films de terror como Midsommar, que se vieron fuertemente influenciados por sus historias de sectas y secretos vinculados a los ciclos de la naturaleza y la organización comunitaria.
Con el éxito y la valoración positiva de esta cinta, el director Robin Hardy parecía perfilarse como una figura prometedora dentro del género. Sin embargo, desde entonces solo dirigió dos películas: The Fantasist y The Wicker Tree, dos producciones que pasaron prácticamente inadvertidas en el panorama cinematográfico.