El cine siempre estuvo presente en las canciones de El Mató a un Policía Motorizado, no solo como influencia estética, sino también como referencia directa. "Chica de oro", por ejemplo, está inspirada en Volver al futuro y funciona como un homenaje melancólico que, como la película, viaja en el tiempo. Incluso el nombre de la banda surgió de una frase escuchada por casualidad en la película de ciencia ficción R.O.T.O.R., en medio de una escena que ni estaban mirando con atención. “Vimos el diálogo y nos gustó la frase”, contó alguna vez Santiago.
Ese vínculo con lo audiovisual fue creciendo. El Mató participó en el reestreno de Okupas en Netflix, regrabando varias de sus canciones y sumando nuevas capas a una serie que marcó a una generación. Y más recientemente, en El Eternauta —la serie argentina que se volvió furor global—, suena "El magnetismo" en el final del segundo capítulo. La elección no es casual: ese mensaje de comunidad —“En este mundo peligroso, tenemos que estar juntos— resuena hoy con la fuerza de un manifiesto.
Hoy ese cruce se consolida aún más a través del propio Santiago como compositor de música original para cine. Con tres películas recientes en su historial, el cantautor argentino explora un nuevo formato para su sensibilidad musical: uno donde sus canciones ya no narran desde el centro, sino desde los bordes de una escena, habitando personajes y atmósferas con una voz reconocible, pero transformada.
La muerte no existe y el amor tampoco
2019 - Dir: Fernando Salem

Basada en la novela Agosto de Romina Paula, La muerte no existe y el amor tampoco respira una nostalgia noventosa que Fernando Salem, fanático de El Mató a un Policía Motorizado, siempre imaginó con la música de la banda de fondo. Ese sonido triste y envolvente encajaba perfecto con la melancolía de la historia. Incluso antes de conocer a Santiago, Salem ya usaba temas como "El magnetismo" como referencia para sus escenas.
En una entrevista con La Nación, Salem recordó cómo contactó al músico para que crear la banda sonora de su película. Al principio no obtuvo respuesta: él dudaba porque nunca había hecho algo así. Pero cuando finalmente se encontraron en persona, conectaron y aceptó. Así, Santiago asumió el desafío de musicalizarla con 21 canciones que capturan ese tono emocional, triste y nostálgico que atraviesa toda la historia.
Amigas en un camino de campo
2022 - Dir: Santiago Loza

En un pueblo de montaña, una piedra cae del cielo. Dos amigas salen a buscarla por el campo. En el trayecto conversan, recuerdan a otra amiga que murió, se ríen, discuten, se cruzan con otros buscadores. Se leen poesías, se escuchan, se sienten en el viento. Desde el comienzo del día hasta que la luz se va, la película captura una despedida o varias, encuentros, promesas, y esos vínculos que no siempre se explican con palabras. Una historia sobre amistades, paisajes de invierno y eso que es fundamental: la poesía.
En una conversación con Página/12, Santiago Loza contó que la única indicación que le dio a Santiago Motorizado fue que la música no debía sostener la poesía, sino aparecer como un respiro, en momentos precisos. Durante la edición, él envió la canción del final, que encajó naturalmente con el tono de la película y selló el cierre con una emotividad contenida. No hizo falta ajustar nada: esa composición final funciona como una última escena que no se filma, pero que queda flotando. La música aparece donde tiene que aparecer, sin buscar protagonismo, sumando una última capa de emoción.
La práctica
2023 - Dir: Martín Rejtman

Fue el propio Martín Rejtman quien decidió invitar a Santiago Motorizado a componer la música original de su más reciente película. La conexión entre ambos se fue dando a lo largo del tiempo, en un clima de admiración mutua y encuentros compartidos. “Un día Rosario Bléfari me invitó a un show de El Mató, por Colegiales, creo que en Vorterix, y él había venido a ver Silvia Prieto al festival de Mar del Plata —recuerda Rejtman en conversación con Indie Hoy—. Después, en asados en la casa de Vicentico, nos fuimos conociendo más. Surgió la posibilidad de hacer un podcast para MUBI y me llamaron a mí, para hacerlo con otra persona, y yo sugerí que fuera con Santi, también pensando en la posibilidad de trabajar con él”.
Ese deseo finalmente se concretó con La práctica, una historia de separación, búsqueda interior y pequeñas frustraciones cotidianas, donde un profesor de yoga argentino intenta mantener la calma tras el quiebre de su rutina. Desde el comienzo ambos compartieron la decisión estética de que la música no se impusiera sobre la historia. “Hay varias escenas con música, aunque parece que no hay mucha. Es toda diegética, sale de fuentes sonoras dentro de la narración. No queríamos, ni él ni yo, que fuera cantada, porque desentonaría con la película. Es muy prolija en ese sentido: solo lo esencial, nada agregado”, explicó el director. El resultado es una banda sonora contenida pero efectiva, que acompaña sin subrayar, y se integra con sensibilidad al universo que nos propone Rejtman.