La ciencia ficción es una de las ramificaciones más apasionantes de la literatura universal. Gracias a ella, el ser humano se ha permitido soñar con mundos fantásticos, narrando aventuras solo posibles en las mentes de sus creadores, cuanto menos para las épocas en que estas germinaban. Y por fortuna, la llegada del cine posibilitó tiempo después materializar visualmente dichos sueños, graficando en ocasiones de manera excepcional fieles versiones de lo que los autores gestaron a través de aquellas obras maestras escritas.
Cuenta la historia que el primer experimento de este estilo vio la luz en 1902 con Viaje a la Luna (Le Voyage dans la Lune), una película francesa basada en célebres relatos de dos de los padres que tuvo el género literario: Julio Verne y Herbert George Wells. Con una duración de menos de 15 minutos, hoy se sentiría muy breve pero en ese tiempo bastó para asombrar al público y convertirse en un éxito mundial de taquilla.
Con los avances tecnológicos que se sucedieron posteriormente, el cine también evolucionaría y esto posibilitó a los productores ofrecer cintas cada vez mejor desarrolladas que plasmaban de forma más fiel aquellos escenarios y situaciones complejos que solo hasta entonces podían fantasearse mediante la imaginación. Hoy les traemos la reseña de tres de esos films que marcaron las primeras épocas, y que por poseer esas virtudes se convirtieron en clásicos cinematográficos.
20.000 leguas de viaje submarino
1916 – Dir: Stuart Paton
Uno de los trabajos más reconocidos de Verne, que junto a La isla misteriosa y Los hijos del Capitán Grant componen una trilogía como pocas. 20,000 Leagues Under the Sea nace luego de un primer experimento que data del año 1907. Por aquel entonces, Georges-Jean Méliès -también artífice de Viaje a la Luna– se animó al desafío de contar en diez minutos las aventuras subacuáticas que vive un pescador en sus sueños, mostrando las fantásticas criaturas y escenarios con que el protagonista se topaba. Incentivado por las buenas críticas que tuvo, su colega Stuart Paton subió la apuesta con un proyecto mucho más ambicioso: volver a Verne construyendo una trama que giraba fundamentalmente en torno a la historia que da nombre al film pero nutriéndose también de lo mejor de La isla misteriosa.
Esta mezcla culmina en una adaptación libre riquísima, que incluso se permite sugerir al espectador una explicación lógica sobre los orígenes del Capitán Nemo y su deseo de venganza vagando por los mares. Algún crítico exigente podrá señalar que en vez de tanto contenido junto hubiese preferido mayor detalle en relación a las aventuras del Nautilus, pero hay que reconocer que la originalidad del proyecto suple con creces ese factor. Y si a todo esto se le suma efectos especiales y fotografía de avanzada nunca vistos hasta entonces, el resultado termina convirtiendo la película en lo que es: una pieza clásica con todas las letras.
El mundo perdido
1925 – Dir: Harry Hoyt
Nada que ver con la secuela de los noventas de Jurassic Park, The Lost World es la primera adaptación que se realizó de la novela del gran Arthur Conan Doyle. La primera, porque en 1960 tuvo lugar una remake que, a pesar del sonido, color y efectos especiales por lógica superiores, no le llega a los talones a la original. De hecho, la de 1925 ejemplifica de manera magistral las cualidades de los largometrajes que componen el cine clásico: producciones que marcaron un hito por las opiniones recogidas del público en ese entonces y aun hoy. Solo al imaginar las sensaciones que pueden haber causado al espectador ver en acción a esos imponentes dinosaurios uno puede comprender el por qué.
La técnica de stop motion resultó la estrella del film frente a un argumento que por momentos se nota algo tirado de los pelos, a pesar de basarse en esencia en el famoso libro de ciencia ficción del autor británico. De hecho, gracias al éxito de este experimento años más tarde vio la luz una joya indiscutible del séptimo arte: King Kong. Como en la película de Steven Spielberg a la que hicimos mención al principio, acá también pueden apreciarse las consecuencias desastrosas del ambicioso experimento de trasladar a una de estas feroces criaturas a la civilización.
https://www.youtube.com/watch?v=zABY08fj5JA
Metrópolis
1927 – Dir: Fritz Lang
El germen de Metropolis resultó ser una novela escrita por Thea von Harbou un año antes, inspirada al igual que Verne en mundos futuristas fantásticos pero también en la complejidad de una trama social marcada por las diferencias que desde siempre existieron en relación a inequidad en la distribución del ingreso, injusticias laborales y a las convulsiones que este cóctel solía y suele hasta la fecha originar en las sociedades del mundo moderno.
Metrópolis es una mega ciudad del siglo XXI a la que nada parece faltarle. Sus habitantes gozan de un buen pasar y disfrutan de todas las ventajas en que se traduce el vivir allí. Pero lo que pocos saben y a nadie parece importarle es que en sus profundidades existe un gigantesco grupo de obreros invisibles, que son justamente los que trabajan casi sin descanso para mantenerla en pleno funcionamiento.
Más allá de tratarse de una historia atrapante por su originalidad, son de destacar los efectos especiales y una producción impecable, la cual demandó una fortuna para la época. No obstante, no escapó de la censura y para su estreno sufrió varios cortes que persiguieron “moderar” su mensaje y eliminar directamente algunas escenas subidas de tono vinculadas con el erotismo que transmitía la actitud de la protagonista, enfocada en enardecer a esa población subyugada que padecía bajo tierra. Cuenta la historia que, durante la Segunda Guerra Mundial, se destruyeron los negativos originales pero que gracias a una copia hallada en nuestro país (sí… acá en Argentina) pudo recuperarse parte importante de esas escenas que se creían perdidas. Y que a consecuencia de esto hoy es posible disfrutar de una versión restaurada que se acerca de manera muy fiel a la original.
https://youtu.be/7JQ6HydBPb0