Los desvíos en la narrativa de un guion cinematográfico pueden llevar al espectador a lugares sorprendentes. Por un breve intervalo de tiempo, estas escenas pueden hacernos olvidar de la trama o de qué estaba sucediendo con los protagonistas. En este caso, estas cinco ficciones tienen en común que sus personajes se meten en recitales y pasan a convertirse en espectadores del show. No son documentales de rock, son películas con historias enfocadas en otra parte, pero muestran la necesidad de que la música no sea algo que acompañe el sentimentalismo de una escena, sino que sea una verdadera experiencia que viven sus personajes.
Blow Up
1966 – Michelangelo Antonioni
Blow Up es una película inglesa dirigida por el italiano Michelangelo Antonioni e inspirada en el cuento del escritor Julio Cortázar titulado “Las babas del diablo”. El protagonista es un fotógrafo que al revelar uno de sus rollos tomados en el parque, se encuentra involucrado en un crimen. En Blow Up el movimiento cultural que estaba surgiendo en las calles es muy importante, y muestra personajes alucinantes como mimos revoloteando. En un momento el protagonista se desvía de su odisea detectivesca y entra a un antro donde se encuentran tocando The Yardbirds. Jimmy Page, futuro guitarrista de Led Zeppelin, se luce afilando su guitarra mientras su colega la destroza contra el escenario. Blow Up es una película que interpela a todos los sentidos y tiene uno de los finales más extravagantes de la historia del cine.
Las alas del deseo
1987 – Wim Wenders
Las alas del deseo es uno de los mejores ejemplos de la poética y filosofía del director alemán Wim Wenders. Los protagonistas de la película son ángeles, y por más extraña que parezca la propuesta, el film es una obra de seriedad y fineza. El juego de colores es misterioso ya que cuando el punto de vista es de un ángel, el color pasa a blanco y negro; pero luego los colores se reavivan, gracias a un giro de guion. En un momento, los ángeles entran a un show de Nick Cave and The Bad Seeds y están tocando una furiosa versión de “From Her To Eternity”. Nick Cave le otorga un témpano ideal de oscuridad a esta película que hay que saborear varias veces para digerir todo lo que cuenta.
Harry Potter y el cáliz de fuego
2005 – Mike Newell
Si hay algo que se muchos seguidores de Harry Potter pasaron por alto es la participación de Radiohead en el universo fílmico del joven mago. Jonny Greenwood y Phil Selway aparece tocando junto a la banda The Weird Sisters que enloquece a la juventud de Hogwarts en la cuarta entrega de la saga. Jarvis Cocker y Steve Mackley de Pulp también hacen su aparición en esta banda ficticia. Jonny Greenwood no es un extraño en el mundo del cine: es uno de los compositores favoritos del director Paul Thomas Anderson, quien lo invitó a trabajar en varios de sus films como Phantom Thread (2017) y There Will Be Blood (2007).
Christiane F
1981 – Uli Del
Christiane F es una película alemana que adapta una escalofriante novela sobre el infierno de la adicción a la heroína. Una joven de 14 años vaga por las calles y empieza a adentrarse cada vez más a los abismos de la noche. Las estaciones de tren son los albergues de las almas perdidas que sufrieron una juventud golpeada por los fantasmas de la Post-Guerra. Entre una historia de desgracia y agujas filosas para calmar el dolor, la protagonista cruza las puertas de un estadio y quién está tocando sino el mismo David Bowie. A diferencia de los tres ejemplos anteriores, este show no es una puesta en escena sino que fue un recital de verdad que filmaron y donaron algunas de sus imágenes a la película para aumentar su impronta realista. El Duque Blanco hace una increíble interpretación de “Station to Station”.
¡Tan lejos, tan cerca!
1993 – Wim Wenders
Wim Wenders se toma revancha y años más tarde realizará la secuela de Las alas del deseo. Titulada ¡Tan lejos, tan cerca!, el film presenta una temática similar a su predecesora, pero esta vez no es un show de Nick Cave sino de Lou Reed, quien incluso tiene unas líneas en el guion que exceden su deber en el escenario. En la escena antes del show, Reed aparece en una habitación junto a uno de los ángeles. Él no puede verlo, pero el blanco y negro dice todo lo necesario.