El villano o antagonista es una figura clave para cualquier narración y las películas no son la excepción. Desde la estructura clásica del cuento hasta los relatos posmodernos, este carácter resulta -casi siempre- imprescindible para contar una buena historia. Si bien las transformaciones del relato a lo largo del tiempo muestran una tendencia a difuminar los límites del bien y el mal, las fuerzas antagónicas al protagonista están siempre presentes, incluso cuando emanen de sí mismo.
El cine moderno y posmoderno ha propuesto una nueva perspectiva en la que los villanos pueden convertirse en protagonistas, como en Mi villano favorito, Cruella, Maléfica, Guasón, entre otras cintas. Además, ha dotado de mayor profundidad y matices a estos personajes, lo cual genera que el espectador ya no se quede solamente prendido al concepto cerrado de maldad.
Así, muchos villanos de las últimas décadas lograron generar empatía en los espectadores, admiración e incluso más apoyo que los protagonistas. Esto puede notarse claramente en series como Los Soprano y Breaking Bad y las razones son múltiples: puede ser por la inteligencia de este personaje, por su carisma, por sus rasgos cómicos o porque su móvil para la maldad es noble o justificado.
A continuación, 5 villanos que generan fascinación en el público.
Alex DeLarge – La naranja mecánica
No hay que aclarar que los crímenes del protagonista del film de Stanley Kubrick son aberrantes, pero sí debemos reparar en que la historia nos propone a un joven abandonado por una sociedad corrompida.
Además, la segunda parte del film muestra que el personaje enfrenta las consecuencias de sus actos y da una vuelta de 180 grados para convertirse en una suerte de víctima.
En términos de entretenimiento, el personaje interpretado por Malcolm McDowell posee un carisma innegable, atractivo físico y una estética pop que se volvió parte del imaginario popular.
Arthur Fleck – Guasón
Este podría ser el caso opuesto a Alex DeLarge, ya que a Arthur Fleck lo conocemos en un principio como víctima y su maldad se desarrolla como consecuencia de los hechos que azotan su vida. La narración se construye como una suerte de explicación de la génesis del villano, quien pertenece a los márgenes, lo cual dispara la empatía.
Además, El Guasón ha sido eternamente el adversario más atractivo de Batman, en parte por la utilización de la risa, la broma y los colores vivos de su vestuario, lo que aporta un elemento lúdico.
Freddy Krueger – Pesadilla en la calle Elm
Este clásico del slasher llegó casi al borde del ocaso de este subgénero, lo que implicó que lo renovara en varios aspectos pero que también se rozara con el terror comedia -algo que sucedió inevitablemente con el avance de la saga-.
Freddy es un personaje aterrador que ataca a adolescentes en las profundidades de sus sueños, pero poco a poco conoceremos su historia pasada y paulatinamente pasará de figura temeraria a objeto de comedia.
Carrie – Carrie
El film de Brian De Palma basado en la novela de Stephen King cuenta con una estructura narrativa maestra, en la que villanas y víctimas van cambiando de piel durante todo el relato. Carrie es en principio víctima de dos fuerzas: su castradora madre -con la que el espectador no podría empatizar- y sus compañeros de colegio que solo se dedican a burlarla.
Sin embargo, hacia el final, las vejaciones que sufrió durante todo el relato dispararán la venganza: un elemento clave para lograr el apoyo del espectador. Sus acciones vengativas pueden ser terribles, pero logran “justificarse” en un relato cargado de emocionalidad previa.
Mallory Knox – Asesinos por naturaleza
Un buen vestuario, una actitud desenfadada, la sensualidad y un pasado de víctima son el cóctel justo para convertir a una villana en una ídola. Mallory y su pareja, Micky, comienzan una historia de amor con las manos manchadas de sangre.
Los fugitivos, que se inscriben en la tradición de parejas como Bonnie y Clyde, logran que el espectador los apoye casi a cualquier costo y que este desee un final al menos airoso para ellos. Esto está explicitado en el film de Oliver Stone al mostrar el furor mediático en el que se convierte esta pareja de asesinos.