Jason Isaacs formó parte de casi toda la saga de películas de Harry Potter bajo el rol de Lucius Malfoy, el padre de Draco, un mago de sangre pura, mortífago, verdadero devoto de Voldemort que busca inculcar estos valores a su hijo adolescente mientras desprecia a los muggles. Malfoy es uno de los villanos y, a pesar de ser un personaje secundario, tiene una gran importancia en la historia.
Isaacs desarrolló este personaje en seis películas de la saga, siendo Harry Potter y la cámara secreta (2002) la primera aparición y Harry Potter y las reliquias de la muerte – Parte 2 (2011), la última. Recientemente, el actor de The White Lotus dio una entrevista a The One Show y habló de cómo fue su experiencia.
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Una experiencia “aburrida”
“Es una confesión terrible para hacer, pero no fue tan divertido. Es bastante aburrido hacer películas con grande efectos especiales. Sin embargo, los placeres vienen después”, reveló el británico haciendo referencia a que muchas de las cosas que se ven en pantalla no están entre los actores durante el rodaje. Se trata de CGI y diversos efectos que llegan en la post producción, pues hay muchas criaturas difícilmente reproducibles en escala real.
El público: El mejor regalo
De todos modos, Isaacs hizo la aclaración de que lo positivo de haber sido parte de Harry Potter es la gratitud del público, los cientos de miles de fans en todo el mundo y la importancia que tienen tanto los libros como los films en sus vidas. “Veo y conozco gente cuyas vidas han cambiado con estas películas, y todavía hay gente que las lee compartiéndolas con sus hijos. Algunas personas dicen que la historia salvó sus vidas y lo creo”, afirmó.