Alan Rickman fue un actor británico de larga trayectoria en el cine. Fallecido en 2016 a causa de un cáncer de páncreas, interpretó a Severus Snape en la saga de Harry Potter, papel que le otorgó una enorme visibilidad a su carrera. Y, si bien siempre será recordado por la gran popularidad de esta saga, en los últimos días ha ocupado los titulares por una extraña revelación que hizo una de las colegas que trabajó con él en las películas del joven mago.
Fue Zoë Wanamaker, quien interpretó a Madame Hooch -la instructora de vuelo en escoba en Harry Potter– quien reveló en entrevista con el podcast Tea with Twiggy una curiosa información que llamó la atención de los fans. La actriz británica confesó que tanto ella como Rickman se llevaron las cartas que la lechuza le entregaba a Harry. Sin embargo, lo más llamativo de la situación es lo que hizo el actor posteriormente: “Sé que Rickman vendió una [carta] en Los Ángeles por algo así como 25.000 dólares, fue brillante”.
La extravagante venta del actor se había mantenido en secreto hasta el momento, pero ahora ha salido a la luz como una anécdota divertida: “Había muchas de estas pequeñas cartas que la lechuza le trae a Harry (…) Rickman y yo empezamos a cortar algunas de ellas”. Si bien la información no ha sido confirmada por quien la haya comprado o por algún allegado a Rickman, la historia parece completamente posible, siendo que estos elementos de rodaje se precian como objetos fetiche y verdaderas reliquias entre los fanáticos.
Recientemente, el nombre de Snape dio vuelta al mundo por una causa también insólita. Fue el profesor Matthew Snape, un investigador dedicado a un importante ensayo en torno a la vacuna del coronavirus, que despertó la atención de los fans de Harry Potter. Inmediatamente se encontraron las similitudes, ya que el profesor de la ficción dictaba la materia de pociones y el Snape de la vida real planteaba justamente la combinación de varias vacunas en un mismo paciente para lograr una más efectiva.