Pedro Almódovar viene publicando en este tiempo de cuarentena su diario del encierro. El director, que vive en Madrid, habita uno de los países más azotados por el coronavirus y ha decidido plasmar sus emociones, reflexiones, recuerdos y actividades en el marco del aislamiento y compartirlo públicamente a través del medio inglés Sight & Sound, la revista del BFI.
En lo que va del encierro, el director de Mujeres al borde de un ataque de nervios, ha compartido 4 capítulos de su diario. En ellos se pueden apreciar sus cambios de humor y la profunda reflexión que lo lleva a los recuerdos. Así sucede cuando relata su estrecha relación con la cantante Chavela Vargas, la gran singularidad de su persona y cómo la acompañó en su muerte. También cuenta su primer encuentro con Madonna, allá por 1989, en la primera ceremonia de los Oscar a la que Pedro asistió, por el estreno de Mujeres al borde… En esa ocasión, Almodóvar tuvo contacto con lo más granado de Hollywood. La reina del pop lo buscó y luego continuaron con el vínculo, aunque Madonna hizo de las suyas. Luego de algunas desilusiones con la diva, Pedro se dedica a comentar con detalle cómo la cantante utilizó imágenes suyas y de Antonio Banderas, filmadas en una cena privada, sin su consentimiento. También relató cómo la cantante estaba completamente atraída por Banderas y poco le importaba la presencia de la esposa del actor.
El realizador recorre sus memorias y de tanto en tanto confiesa su tristeza, también camina por el corredor de su casa, el mismo que conocimos en Dolor y Gloria: “Me he frenado a chequear mi reloj, lo miré para contar los pasos que doy por el largo corredor de mi casa, el corredor donde Julieta Serrano le reprocha a Antonio Banderas no haber sido un buen hijo, refiriéndose a mí”, escribe Almodóvar, recordando una importante escena de su más reciente film que contiene altos grados de autobiografía.
Sus cambios emocionales se van desnudando a través del paso de los días. Mientras en su primera entrega escribía: “Lo bueno de no tener horarios durante el confinamiento es que desparece el apuro. Pasa los mismo con la presión y el stress. Yo soy naturalmente ansioso, y nunca me he sentido menos ansioso que ahora”, ya en la cuarta parte del diario confiesa: “Otro día triste; no estoy pudiendo levantarme antes de las seis de la tarde.” Y así el devenir de la escritura lo lleva a analizar la política actual y a consideraciones sobre cómo se desarrolla la sexualidad de las personas en el encierro y cómo se modifica la libido.
En el relato de su soledad el cine aparece permanentemente, los films que revisita y lo que provocan en sí mismo: “Mientras veo Goldfinger, me siento feliz con mi elección, más que haberla elegido yo, es la película la que me eligió a mí”, escribe, para luego tener el puntapié perfecto para contar cómo conoció a Sean Connery y la posterior relación.
Así, el director aprovecha para armar una lista de recomendaciones de libros y películas para los lectores de su diario. En lo que a obras literarias respecta, Almodóvar dice estar fascinado con Las bieuty queens de Iván Monalisa Ojeda y La madre de Frankenstein de Almudena Grandes. En cuanto a films, Pedro armó la siguiente lista de recomendaciones:
Monkey Business (Howard Hawks)
The Philadelphia Story (George Cukor)
Midnight (Mitchell Leisen)
To Be or Not To Be (Ernst Lubitsch)
The Front Page (Billy Wilder)
Some Like It Hot (Billy Wilder)
Rich and Famous (George Cukor)
I Was a Male War Bride (Howard Hawks)
A Star Is Born (George Cukor)
Design for Living (Ernst Lubitsch)
Casa Flora (Ramón Fernández)
Podés leer la cuarta entrega de los diarios y acceder al resto de las publicaciones en este enlace.