Brokeback Mountain ha quedado como hito del cine queer en lo que a Hollywood respecta, por haber sido un film con tanto presupuesto, por incluir a dos actores de asociados a la heteronomatividad, Heath Ledger y Jake Gyllenhaall, y básicamente por visibilizar la temática gay en un western (género siempre asociado al macho) que perfilaba en las primeras ligas del cine más comercial, lo cual implicó un acercamiento al gran público.
Pero, como todo entretelón de contratos y arreglos cinematográficos, la historia podría haber sido distinta, ya que uno de los candidatos para dirigir el film fue el gran Gus Van Sant, uno de los iconos norteamericanos del cine queer. Y, en sus planes, quienes deberían haber interpretado a los vaqueros eran Brad Pitt y Leonardo DiCaprio, ciertamente dos enormes figuras que, en ese momento (principios del 2000) eran pesos super pesados como estrellas y galanes. Pero ambos actores rechazaron el papel, al igual que Van Sant. En una entrevista con IndieWire, el director de My Own Private Idaho habló sobre su baja en el film:
“No estaba listo. No sé por qué. Hubo como un sobresalto de mi parte. Había algo en mí que no funcionaba, imagino, lo que sea que me haya estado pasando”.
La búsqueda de actores para estos roles no fue nada fácil, posiblemente por la misma homofobia del medio. En relación a esto Van Sant expresó:
“Lo que podría haber hecho, y lo que probablemente hubiera hecho, hubiera sido reclutar a más desconocidos, y no preocuparme por quiénes eran los actores principales”.
En cuanto a la adaptación de la historia, Gus también hubiera dado un toque muy distinto a lo que realizó Ang Lee (quien terminó dirigiendo el film):
“La historia original, que estaba en el New Yorker, era muy hermosa y simple, y Larry (guionista) la había convertido en algo que se asemejaba a The Last Picture Show. Que estaba muy bien si lo pensás dentro de ciertas líneas… yo estaba pensando más bien en películas como Gerry, Elephant, Last Days. Yo hubiera ido, más bien, a la visión simple del cuento, cosa que no podía hacer. Realmente no quería ir a hablar con Larry y Diana sobre lo que ellos habían creado, porque era genial”.
Otro de los directores que se barajó fue Pedro Almodóvar, también conocido por su cine queer, siempre incluyendo personajes trans o historias donde la sexualidad de sus personajes no se ata exclusivamente a la normativa heterosexual.
Brokeback Mountain no es el único film queer mainstream que Gus Van Sant ha rechazado. El reciente Call Me by Your Name también le fue ofrecido para su dirección:
“Pienso que en ese caso en particular… no creo que la hubiera pegado de la manera en que lo hizo si la hubiera dirigido yo. Creo que estuvo genial”.
¿Te imaginas cómo hubieras sido estas dos películas desde el ojo de Van Sant?