Chris Evans hoy es un nombre más que conocido en la industria cinematográfica. Desde que viste el icónico traje de Capitán América, Evans es sobre todo relevante en el mundo de los superhéroes. Pero, increíblemente, su destino como uno de los más famosos héroes dentro del Universo Cinematográfico de Marvel podría no haber sucedido.
Es que previo a 2011, año en que se estrenó el primer film de Capitán América en que Evans actuó, Capitán América: el primer vengador, el actor estaba dudoso de aceptar el papel por todo lo que esto implicaría en su vida. Si bien el actor tenía una sólida carrera en cine, habiendo trabajado en films como Scott Pilgrim contra el mundo (2010), Los 4 fantásicos (2005), No es otra estúpida película americana (2001), su visibilidad cambiaría radicalmente a partir de un rol tan fuerte como el que Marvel le proponía. Curiosamente, fue su madre quien lo empujó a tomar la decisión. En una entrevista con Esquire, Lisa Evans, madre de Chris, contó:
“Chris me decía: ‘Ahora mismo tengo una carrera que me permite hacer lo que realmente me gusta. Puedo pasear a mi perro y nadie me molesta… Puedo ir a donde quiera. Y la idea de perder eso me resulta aterradora’.”
Pero, a pesar de que lo que Evans consideraba era muy cierto, su madre le di otra visión sobre su carrera:
“Le dije: ‘Mira, ¿querés dedicarte a la actuación el resto de tu vida? Si aceptas este papel, tendrás la oportunidad de hacerlo. Nunca tendrás que preocuparte por pagar el alquiler… Solo tenés que pensar: no va a afectar mi vida negativamente, esta decisión solo va a ayudarme.”
Así es que el rostro de Evans quedó inmortalizado como Capitán América en un puñado de films: el primero ya mencionado de 2011 y luego Capitán América y el Soldado del Invierno (2014), Capitán América: Civil War (2016) y en los films de los Vengadores, convirtiéndose en uno de los actores más importantes del UCM.