Recientemente, Netflix estrenó un nuevo y curioso documental. En la clave de historias extravagantes, como vimos en Tiger King, llega Circus of Books, la historia de una mítica librería de porno gay de Los Ángeles y de sus atípicos dueños. Circus of Books fue una librería que permitió la libertad, sufrió la clandestinidad y la persecución. Sirvió como espacio de encuentro para la comunidad gay en los 70 y 80 en Los Ángeles y tuvo como dueños a una clásica pareja de marido y mujer. Este documental cuenta la historia de ese matrimonio y su familia.
Rachel Mason, una de las hijas de la pareja, toma la cámara para escuchar los testimonios de su familia acerca de esta tienda que sostenía el hogar pero que se mantenía en las sombras. Mientras papá y mamá vendían pornografía gay, los hijos creían que solo tenían una librería y uno de ellos mantenía su sexualidad en el closet por miedo a la opinión de sus padres. En paradojas como esa es cuando esta historia se vuelve extravagante y hasta por momentos absurda, ya que mientras Karen y Barry mantienen un matrimonio más que clásico -ella va a la iglesia y educan a sus hijos en escuela religiosa-, sin saberlo, o al menos no adrede, estaban haciendo activismo queer.
El film logra exitosamente recorrer las intimidades de la familia Mason y calar en espacios de fuertes emociones, al tiempo que cuenta el panorama homosexual y del porno en los años que duró la tienda. El azote del sida, el advenimiento de internet, las políticas de censura frente al contenido erótico y la persecución a la comercialización de contenidos sexuales, pasan por este film compuesto de archivos y entrevistas. Al mismo tiempo, conocemos los hechos puntuales de una familia atravesada por estas temáticas.
Karen y Barry hacían dinero y mantenían una familia con el mercado erótico homosexual, lo cual los llevó a relacionarse con estrellas del porno gay, a conocer de juguetes sexuales y a tener un espacio icónico de libertad para toda una generación. Dentro de su casa, las cosas eran como las de una familia convencional; tanto que su propio hijo no podía hablar de su homosexualidad.
Son muchas las frases que recorren las entrevistas en las que se abre la discusión acerca del negocio del porno, y poco a poco la película se va convirtiendo en una reivindicación de esta industria, quitando el componente de “perversión” (promulgado por el establishment) y volviéndolo un negocio rentable (hasta cierta época).
Circus of Books logra entrelazar varias cosas que en principio no serían compatibles: la institución de la familia, el mercado, la industria porno y la homosexualidad. Lo logra contando una historia que en apariencia es extravagante, pero en realidad se trata de un negocio familiar, azotado por políticas gubernamentales y por nuevas tecnologías y de aquella familia que se extiende en contradicciones.