Aunque hoy es conocido por su prolífica y exitosa carrera como director, productor y actor de cine, Clint Eastwood siempre fue un amante de la música.
La relación entre la estrella hollywoodense y el cuarto arte se remonta a cuando se desarrolló como pianista de boogie-woogie y tenía la intención de seguir una carrera en la música estudiando una licenciatura en teoría musical después de graduarse de la escuela secundaria.
“Si hubiera tenido buena disciplina, podría haberme dedicado a la música”, aseguró el aficionado al jazz que logró grabar cuatro discos. “Mi madre sabía leer música, pero yo aprendí con los discos. Y entonces estaba escuchando álbumes y los reproducía una y otra vez”, agregó.
Eastwood se declaró fanático de leyendas como Miles Davis y Ella Fitzgerald, aunque su máximo ídolo en lo que respecta al apartado lírico es Johnny Mercer. Según recuerda Far Out Magazine, el cineasta definió al cofundador de Capitol Records como “probablemente el mejor letrista de canciones de todos los tiempos, incluso hasta el día de hoy”.
En el 2009, para conmemorar los 100 años del natalicio de Mercer, Eastwood produjo Johnny Mercer: The Dream’s on Me, un documental en el que Julie Andrews, Bono, Louis Armstrong y Tony Bennett le rinden tributo al icono de la música popular estadounidense.