Primero enero
Dir: Darío Mascambroni
Hablar de un cine cordobés “joven” o “nuevo” ha quedado en la historia. A lo largo de los últimos diez años no sólo el centro del país ha incrementado su producción cinematográfica anual, sino que muchas otras regiones han hallado temáticas, estéticas y hasta festivales de circulación que le son propias. Sin embargo, resulta notable cómo el espacio que uno habita delimita lo que uno narra, por lo que Córdoba en particular ha traído siempre a Bafici una serie de películas que rozan –algunas veces apenas, otras no tanto- características similares, como si una pesada línea dividiese implícitamente lo que se espera ver y lo que no. Pero esto último no es el caso de Primero Enero, la ópera prima del villamariense Darío Mascambroni, un largometraje presente en la Competencia Oficial Argentina. Situada en algún lugar de las Sierras de Córdoba, un padre recién divorciado y su hijo pequeño visitan una aislada casa para fortalecer vínculos antes de venderla. Todo está quieto tanto dentro y como fuera del inmueble; el tiempo parece haberse detenido, los objetos se encuentran cubiertos de polvo, las enseñanzas van y vienen. Además de una tonada para nada forzada, las actuaciones de Valentino Rossi y Jorge Rossi sorprenden por el trato espontáneo, por los silencios encriptados y las expresiones de afecto. Valentino es un nene que sabe y que sabe mucho, que hace reír cuando muestra su perspectiva del mundo, que transmite la sensibilidad de la infancia con una justificación sólo hallable en el mundo adulto. Con una secuencia en el bosque con retazos de Spike Jonze y una fotografía inmejorable repleta de halos luminosos de principio a fin, Primero enero presenta una coherencia profunda y logra conectar con el espectador en lo inmediato, a través de la relación paternal que trasciende la pantalla. Una trama sencilla repleta de detalles técnicos y diálogos acertados que enaltecen su manifiesto. Melina Storani
Para volver a ver:
Sábado 16 – 15:20 hs – Village Recoleta Sala: 3
Martes 19 – 23:10 hs – Village Caballito Sala: 8
Disco Limbo
Dir: Fredo Landaveri / Mariano Toledo
Una de las rarezas que se esperaba en esta edición de Bafici es Disco Limbo, la película argentina dirigida por una dupla de directores de videoclips perteneciente a la categoría de Vanguardia y Género. David es un joven que reflexiona en voz en off durante 70 minutos; quiere ir a una fiesta, quiere bailar, quiere hallar al hombre de su vida. Y parece convencido de haberlo logrado cuando conoce a Lucio, personaje interpretado por tres actores distintos. Claramente Disco Limbo es una oda a la experimentación entre formatos audiovisuales, una película collage que reúne todo lo que inquieta y seduce a un realizador joven. Con una interesante conceptualización de la realidad virtual y un intenso ejercicio de montaje de la editora Ivana Brozzi, el largometraje oscila entre cientos de tiempos y espacios diferentes, conectando y desconectando al protagonista de su objeto de deseo. El guión además de estar firmemente establecido genera guiños constantes hacia el espectador atento, involucrando fragmentos de letras de música popular -como Fito Páez o Soda Stereo– en los diálogos de los personajes, y el juego visual constante que se genera en la yuxtaposición de las imágenes atrae hasta el final. Hay porciones que contienen tomas de VHS caseros, animaciones que parecen salidas de videojuegos noventosos y distorsiones de la banda sonora, todo inteligentemente mixeado bajo el manto de una historia de amor moderno. Melina Storani
Para volver a ver:
Sábado 16 – 16:30 hs – Village Recoleta Sala: 4
Lunes 18 – 18:20 hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 1
She’s Funny That Way
Dir: Peter Bogdanovich
Bogdanovich es un icono del cine americano de los ’70. Con Paper Moon en 1973 se consagró como un director con un estilo que si bien no se podía afirmar como innovador, evocaba como ningún otro director contemporáneo el cine clásico de la era dorada de Hollywood. She’s Funny That Way, su primera película en 13 años, recupera esa añoranza por el cine clásico presentando una estructura que la define como una comedia de situaciones a la medida de las Screwball Comedy de los años ’30, orientada a buscar la risa en el espectador de forma constante. Con un ritmo frenético, los personajes entran y salen de escena en situaciones absurdas con un formato muy parecido a los programas de sketch televisivos. En su búsqueda constante del humor y el gag humorístico, la película funciona a medias. Por un lado el reparto decodifica el registro y las intenciones del director a la perfección: Owen Wilson como un director de teatro con una naturaleza infiel, Imogen Poot como una prostituta con aspiraciones de actriz que remite a la Audrey Hepburn de Breakfast at Tiffany’s y Jennifer Aniston como una terapeuta neurótica que le imprime adrenalina e intensidad a la pantalla en cada aparición. Ellos son claramente el acierto principal del film. No obstante, es difícil no tener la percepción de cierta falta de espontaneidad en frente a situaciones humorísticas que en determinado punto se sienten forzadas cuando en realidad deberían fluir. En ese sentido es discutible si el formato de Screwball comedy a la manera de los films de Howard Hawks es realmente adaptable a los tiempos actuales o no. Sin embargo, como dijo su director en la charla previa a la exhibición, She’s Funny That Way es un film sencillo cuyo único propósito es que el espectador pase un buen momento, y en ese sentido frente a una sala llena riéndose a carcajadas y aplaudiendo los chistes, es innegable que el director de The Last Picture Show puede considerar cumplido su propósito. Federico del Val
Para volver a ver:
Domingo 17 – 20:45hs – Village Caballito Sala: 7
Lunes 18 – 15:30hs – Village Caballito Sala: 7
Inmortal
Dir: Homer Etminani
Otra de las novedades de esta 18º edición es la inauguración de la Competencia Oficial Latinoamericana, categoría dentro de la cual se encuentra Inmortal del español Etminani, que contó con la colaboración de sus alumnos del programa de Artes Plásticas de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico en producción e interpretación. La película fue enteramente filmada tan sólo en dos locaciones -Puerto Colombia y el parque de Tayrona, a orillas del océano– y reúne las historias de Cosme –“el rescatador de cadáveres” de la playa colombiana– y una joven que busca con fervor el cuerpo desaparecido de un ser querido. Estas dos aristas convergen en un tópico que se presenta al inicio de la película con un formato de Handy-cam: una tropa militar se oculta en el follaje de algún descampado mientras disparan apurados sus armas en dirección a un horizonte que la cámara nunca alcanza a mostrar. Más adelante en la narración se revela cómo se conectan estos tres relatos, captados de manera observacional por el ojo del propio director. Los planos detalles eternos de los collares de Cosme o los travellings y los generales fijos que acompañan a la joven son altamente funcionales con respecto al devenir narrativo de la película, que alcanza un sentido máximo sobre sus últimos quince minutos, profundizando y justificando todo lo que se ha mostrado hasta el momento. Melina Storani
Para volver a ver:
Jueves 21 – 20:00 hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 1
The Island Funeral
Dir: Pimpaka Towira
Luego de su paso por Rotterdam, la tailandesa filmada en 16mm The Island Funeral es un caso muy particular dentro de la categoría de Vanguardia y Género, una de esas películas cuyos detalles deben debatirse ni bien uno se retira de la sala de cine y que, sin embargo, nunca quedan del todo claro. Situada en la zona de Pattani, la película le otorga una nueva perspectiva a las clásicas road-movies introduciendo al espectador al submundo tailandés y, claramente, a una sutil pero directa crítica a las diferencias religiosas del territorio. Una de las características de The Island Funeral es que está compuesta mayormente por lentos paneos de izquierda a derecha, de ida y de vuelta, que inmortalizan las acciones de todos los personajes que componen la extraña trama. Repleta también de eternos planos que van desde el interior de una mezquita hasta un enigmático travelling en bote por un río desconocido, la historia narra el viaje de un trío de personajes en búsqueda de una tía que apenas recuerdan de la infancia, extraviándose cada dos por tres en algún punto del mapa. Sobre el comienzo se planta una duda inquietante: en medio del viaje nocturno la conductora cree ver a una mujer, desnuda y encadenada, cruzando la ruta. Es lógico que a partir de este punto el espectador se revuelva en su asiento, intentando descifrar cómo pueden desencadenarse los siguientes actos, pero cualquier intento es en vano. Tras un complicado trayecto y personajes secundarios altamente inusuales, los protagonistas finalmente cumplen su cometido y, aún a esta altura de la narración, hay demasiados cabos sueltos. Sin embargo, poco a poco comienzan a develarse las entrañas de un contexto político y social que atosiga a sus habitantes, de los rituales de la muerte, de la tolerancia a las diferencias. Con trazas de documental y con un fuera de campo constantemente activo Towira cuenta un cuento ajeno, un pantallazo peculiar de un tema en general, una maraña de acertijos ideológicos que se entretejen alrededor de los personajes. Melina Storani
Para volver a ver:
Sábado 16 – 13:15 hs – Village Recoleta Sala: 2
Martes 19 – 18:30 hs – Village Caballito Sala: 8