Je Me Tue a la Dire
Dir: Xavier Seron
Michel es un cuarentón que trabaja en una tienda de electrodomésticos pero ansía profundamente ser actor. Vive en un edificio que parece haber salido de Metrópolis de Fritz Lang, tiene una novia artista que siempre le agradece el buen sexo y una madre que convive con ocho gatos a la que le detectan cáncer de mama. Je me tue a la dire es una típica comedia ácida plagada de momentos del guión que hacen reír con construcciones intelectualizadas. Filmada en un poderoso blanco y negro que enaltece las acciones de los personajes -que recuerda a la reciente Nebraska de Alexander Payne-, la película muestra la relación de una madre con un hijo y, al mismo tiempo, de un hijo consigo mismo, con sus propios temores. Francia siempre participa en BAFICI con joyitas de éste tipo, películas donde lo grotesco se conjuga con un drama liviano y donde los espectadores agradecen la oportunidad de reírse de las ironías de la vida. Cinco actos con nombres elocuentemente seleccionados conforman la historia de Michel que, a pesar de ser un niño y jugar cada vez que tiene la chance, comienza a desarrollar un pesado hipocondrismo que además de generar los momentos más cómicos de la trama comienza a modificar el entorno del protagonista, haciéndolo parecer cada vez más a su propia madre. Un relato sobre el miedo a la muerte, la persecución de la vocación, la importancia de la compañía. Uno de los planos mejores construidos del Festival se aloja dentro de esta película, mientras una cámara cenital registra el ensayo de Michel con sus compañeros actores. Melina Storani
Para volver a ver:
Domingo 17 – 17:30 hs – Village Recoleta Sala: 3
Martes 19 – 13:15 hs – Village Caballito Sala: 7
Taekwondo
Dir: Marco Berger / Martín Farina
Las películas de Marco Berger siempre guardan entre sí una poderosa relación con esos detalles-capricho que coloca sutilmente en la composición de sus planos, en las líneas y en las acciones de sus personajes, en el entorno que construye en derredor a ellos. Y en el caso de Taekwondo, una co-dirección con Farina, este complemento tampoco falta. Un grupo de varones jóvenes vacacionan en una casa que funcionaba a manera de spa/rehabilitación para fumadores, por lo que las escenas transcurren en un espacio que ofrece riquísimas posibilidades de distribución y de comportamiento de los personajes. Los primerísimos primer plano con los que los directores presentan a cada uno de ellos resultan hipnóticos y establecen desde el comienzo de la narración las diferencias y las similitudes entre éstos. Además, Berger jamás temió utilizar planos detalles en los desnudos naturales – como los del personaje de “El gordo”, que se empecina en andar sin pantalones la mayor parte del tiempo. Ojo, porque también se emplean planos sutiles para enmarcar la zona erógena de todos los presentes, aún cuando están vestidos. El comportamiento masculino se devela progresivamente a través de acciones simples, de gestos espontáneos, de vocabulario fresco. El componente que genera la tensión en la historia es la llegada de un nuevo amigo del dueño de casa, por lo que el espectador se vuelve testigo de un cortejo que parece no acabarse y que tironea con la atracción no concretada hasta el final de la película. El ritmo narrativo deviene naturalmente en una situación relajada, en un contexto familiar descripto en planos grupales supremos –como es el caso de la escena en el sauna– y coreografías compositivas tanto dentro del plano como dentro de la casa en general, que recibe y despide visitantes aleatorios –una vecina, una madre, una novia, una empleada doméstica -que generan situaciones anexas que enriquecen el devenir de la historia. Una visión intimista de una posible relación dentro de un grupo de vacacionistas en su mayoría heterosexuales narrada con una cámara prolija y despreocupada que esconde detalles a los que vale la pena prestarle mucha atención. Melina Storani
Para volver a ver:
Domingo 17 – 15:00 hs – Village Recoleta Sala: 5
Jueves 21 – 17:20 hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 1
Paris, Texas
Dir: Wim Wenders
En el marco de una retrospectiva sobre la actriz Nastassja Kinski, se exhibió tal vez una de las películas más importantes y significativas del cine independiente: Paris, Texas de Wim Wenders. Ganadora de la palma de oro del festival de Cannes de 1984, el film es un estudio sobre la América profunda y la parte más cruda del sueño americano. El director alemán nos invita a recorrer los paisajes más inhóspitos de un país atravesado por las desigualdades económicas y la locura junto a Travis Henderson, un hombre que escapa de un pasado que el espectador ira descubriendo a lo largo de la historia. Tal vez lo más sorprendente de la película sea la forma sencilla y minimalista en la que reflexiona con profundidad sobre la forma en que está concebido socialmente el concepto de familia o cómo se construye la paternidad cuando la monotonía de la rutina asfixia. Wenders toma un excelente guión escrito por Sam Shepard para mostrarnos no personajes hábilmente manipulados para conmover sino vidas reales y duras que trascienden la pantalla al son de la demoledora banda sonora de Ry Cooder. Queda para la historia del cine la conversación final estructurada en monólogos durante el reencuentro entre el personaje principal (interpretado por Harry Dean Stanton) y su esposa Jane (inolvidable Nastassja Kinski magistralmente fotografiada en tono rosa). Paris, Texas deja una huella inolvidable que nunca se borra y que invita a reencontrarse una y otra vez con aquel hombre caminando de forma frenética en medio del desierto, sin rumbo, resignado y perdido en el silencio con el que comienza la película. Federico del Val
Para volver a ver:
Domingo 17 – 13:15hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 3
Quizás hoy
Dir: Sergio Corach
La ópera prima de Sergio Corach –quien también actúa y produce- es un caso muy particular dentro de esta edición de BAFICI, ya sea tanto por el humor que utiliza como por las características técnicas que posee. Quizás hoy es enteramente en blanco y negro, a excepción de algunos dibujos animados que se vislumbran en la televisión o algunas obras de arte desplegadas en las calles de Buenos Aires. La trama gira en torno a un treintañero víctima de su propia rutina que trabaja en un estudio de abogados, que tiene un físico escultural que se escapa un poco de la diégesis, que mientras viaja en bicicleta canta una canción que estaba destinada a generar risas constantes, pero que al oírla reiteradas veces pierde su efecto. Quizás la actuación exagerada resulta en un comienzo acertada pero luego se diluye, tornándose demasiado prudente, demasiado pretenciosa. La “vida kafkiana” del protagonista – que escribe todo lo que hace, sueña y piensa en un cuaderno que lleva a todas partes por consejo de un psicólogo – no alcanza para engendrar la verdadera comedia que parece anticiparse en la sinopsis de la web oficial de BAFICI. Sin embargo, no se puede negar que hasta ahora es única en género y estilo, que tal vez haya que dejarse llevar a la hora de visualizarla y no detenerse demasiado, pero es una película que se ataja con algunas frases de guión absurdas que funcionan pero que en su mayoría revelan una exigencia que puede pasar desapercibida por el grueso de espectadores. La voz en off, presente a lo largo de todo el relato, resulta tan mecánica como la rutina misma del protagonista, que sobre el final cree haber generado un cambio en su vida, aunque la realidad la demuestre lo contrario. Melina Storani
Para volver a ver:
Miércoles 20 – 13:00 hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 3
Cinzas e Brasas
Dir: Manuel Mozos
Este cortometraje presente en la Categoría de Vanguardia y Género, proyectado previo a Esa sensación, es un ejemplo de la excelencia que pueden tener en ocasiones las historias de duración corta. Cinzas e brasas narra el reencuentro de una famosa escritora y un reo, en cuya historia ella inspira su novela más famosa, tras cuarenta y tres años. Con una sutileza fotográfica que combina con paisajes interminables de ensenadas y montañas, Cinzas e brasas es un relato trabajado desde lo intimista, desde lo dicho con los ojos, de los silencios entre dos amantes que buscan reconocerse tras semejante ausencia. Ambos tienen duelos que elaborar individualmente y, al mismo tiempo, sólo lo lograrán en conjunto. Los flashbacks que remiten a la historia joven de estos personajes son funcionales a la llama que vuelve a arder, impregnando los bosques de nostalgia y liberación.
Para volver a ver:
Miércoles 20 – 20:20 hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 1
Esa sensación
Dir: Juan Cavestany / Julián Génisson / Pablo Hernando
También dentro de Vanguardia y Género –de hecho, no le cabería mejor categorización– se encuentra la película española dirigida de forma tripartita, Esa sensación. Realmente es un proyecto ambicioso; hay personajes y sub-tramas profundas que se entrecruzan bajo ninguna relación aparente. Sin embargo, la ostentosidad de la narrativa se lleva a la perfección con una cámara que nunca se aleja demasiado, con diálogos fieles a quiénes los están interpretando, con situaciones que desconciertan. Desde escenas de sexo de una mujer con una escalera o un parquímetro hasta una extraña enfermedad que hace que las personas digan cosas sin sentido en los momentos más inesperados, este largometraje lleva en sí la fuerza de la no-subestimación del espectador. Hay tantos espacios en blanco que resulta inevitable intentar atar los cabos, buscando en las profundidades de cada mini-tópico, cuando de hecho lo importante es que una historia tan fragmentada como ésta tiene trazas de drama, de comedia irónica y hasta de romance que atraen sin fallar. El contexto insólito donde desfilan los personajes en paralelo realza el carácter surrealista de la película a tal punto que los sucesos anormales ya no lo son tanto, permitiendo digerir una diégesis absurda que aún así tiene una perspectiva clarísima del mundo contemporáneo.
Para volver a ver:
Miércoles 20 – 20:20 hs – Artemultiplex Belgrano Sala: 1