Seguí la cobertura día por día de BAFICI 2019 acá.
Meeting Gorbachev
Werner Herzog – Sección: Trayectorias
El mítico director alemán Werner Herzog sigue escribiendo su trayectoria como una de las miradas más importantes del cine. Desde ficciones como Stroszek (1977) o Fitzcarraldo (1982), a documentales como Grizzly Man (2005), Herzog siempre mantuvo una posición firme contra la comodidad. Su cine es un caminar sobre hielo, frío y reflexivo. En esta nueva entrega Herzog dialoga con el octavo y último líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov. A diferencia de toda su filmografía, esta tiene poco movimiento. Se reduce al formato entrevista, pero tiene un trabajo de archivo muy fino y completo, que van directo a los puntos claves que le interesan desarrollar al cineasta alemán. Se intercala la conversación del sillón con unos puños en la calle gritando la revolución. Herzog siempre mantuvo la filosofía de ser como la mosca en la sopa, intervenir y ser parte de la cuestión. Pero en esta es más una charla de café, donde analiza junto a Gorbachov su camino por el Partido Comunista y le demuestra su admiración. Un documental con mucha información, que retrata a una figura clave de la historia y retratada por el ojo exacerbado de Werner Herzog. – Juampa Barbero
Retrospekt
Esther Rots – Competencia de Vanguardia y Género
Retrospekt narra una historia a partir de una intromisión. Por un encuentro accidental al inicio de la película, la protagonista queda apegada a la violencia que ejerce un hombre contra una mujer. Ella intenta ayudar y es también amenazada. De entrada ya pone en cuestionamiento una problemática siempre actual y presente, en todas partes del planeta. De lo individual a lo político, así funciona el cine. Retrospekt juega con un montaje que alterna distintas realidades de la protagonista, reflejando el antes y el después de un terrible accidente que la deja lastimada física y psicológicamente. La protagonista enfrenta las problemáticas de ser mujer en el trabajo, de ser mujer en la calle, de ser mujer y enfrentar el embarazo. Con una gruesa pincelada dramática, su directora Ester Rots, no deja atrás algunas pizcas y destellos de humor que te incomodarán como espectador. Ya que dejarse llevar por lo real es también ser parte del olvido fugaz, el cine es un arma capaz de actualizar constantemente las fallas en la memoria social. – Juampa Barbero
Thriller: A Cruel Picture
Bo Arne Vibenius – Sección: Christina Lindberg
Thriller: A Cruel Picture puede definirse simplemente como una película de venganza, y su historia refleja la de Madeleine, quien debido a un trauma sufrido en la infancia no puede hablar. Ella vive en una zona rural alejada y en uno de sus viajes al pueblo es drogada por un hombre que la mantiene cautiva para explotarla sexualmente. Ante sus intentos fallidos de huir y a la dependencia de heroína a la que es sometida, concluye en que lo mejor será cooperar, para preparar su venganza. Estrenada en 1974, le valió la prohibición en Suecia ya que fue demasiado explícita para su época, por lo que tuvo que ser editada para así eliminar las escenas de contenido sexual explícito. La versión restaurada para mostrarse en el BAFICI de este año contiene dichas escenas. Se dice que el personaje de Madeleine le sirvió a Quentin Tarantino para darle forma a Elle Driver, el afamado personaje de Kill Bill que pierde su ojo en manos de su instructor de karate, tal como Madeleine, que es apuñalada en el ojo por su captor. Pero podemos también considerar que el director de The Hateful Eight tomó, además, la estructura de este film para su propia obra. La protagonista de Thriller: A Cruel Picture aprende a usar armas de fuego, se entrena en artes marciales y recibe instrucciones sobre cómo manejar a toda velocidad, preparando así su venganza de forma paciente para que sea efectiva y tal como lo hace ella en busca de su captor para echarle toda su ira encima, Beatrix Kiddo hace lo propio con Bill. – Luis Mendoza
We Are Little Zombies
Makoto Nagahisa – Competencia internacional
Este peculiar viaje comienza con el encuentro de cuatro adolescentes en un crematorio, allí se reúnen de casualidad para despedir a todos sus padres muertos y descubren como denominador común, además de esa casualidad, que ninguno de los cuatro considera esa pérdida como propia. Esas muertes no les generan nada y el desamparo tampoco, no lloran ni se cuestionan, parecen auténticos zombies. El largometraje debut del japonés Makoto Nagahisa es un nutrido ejercicio cinematográfico, plagado de nostalgia 8-bit (además de dirigirla, la escribió y produjo toda su música). Su imagen resulta en una suerte de collage, una mixtura de estilos que hacen de este, un film por demás original, saturado al máximo y variable. Después de ese encuentro los adolescentes emprenderán un viaje emulando a un videojuego, con sus diversas pantallas, contando cómo murieron sus padres y haciéndose de instrumentos en el camino, para formar luego una exitosa banda de música pop. Parece descabellado y lo es, porque la esencia de We Are Little Zombies radica en la comedia, la frescura de sus protagonistas y la música, pero sobre todo en su carácter de imprevisible. Con un ritmo veloz, este viaje épico es sin duda una de las propuestas más irreverentes de la competencia internacional. – Luis Mendoza