Actualmente se está llevando a cabo la edición número 74 del Festival de Cannes, uno de los eventos cinematográficos más prestigiosos del mundo, y entre las películas que se proyectaron ante una multitud en la sección “Cannes Première” estuvo Cow, documental dirigido por Andrea Arnold –Fish Tank; American Honey– que ya generó controversia.
Cow es un retrato de la explotación animal enfocado en la monótona y rutinaria vida de una vaca lechera llamada Luma, la cual es seguida por la cineasta desde que se despierta hasta que llegan su últimos días. De acuerdo a los reportes, muchos espectadores que estaban presentes en el estreno del mencionado film británico se levantaron y se retiraron de la sala no pudiendo soportar lo que veían en la pantalla.
“Cow nos invita a mirar de otra manera a las vacas, a acercarnos a ellas, a contemplar su belleza pero también la realidad de sus vidas. Sin adornos. Esta es la historia de una realidad, la de una vaca lechera, y un homenaje al inmenso servicio que nos presta. Cuando miro a Luma, nuestra vaca, veo el mundo entero a través de ella”, afirmó la cineasta en un comunicado.
Hasta el momento, la cinta ha tenido una excelente recepción por parte de la crítica especializada, quienes destacan la sensibilidad con la que Arnold aborda la triste realidad del animal y el impacto que genera el relato en el espectador. “La directora detalla la vida de estas vacas con una precisión implacable y empática […] Hay algo muy sincero y comprometido en la película de Andrea Arnold: tiene emotividad e intimidad […]” escriben en The Guardian.
Por su parte, Diego Lerer de MicropsiaCine afirma: “Hay, convengamos, siempre un riesgo en la excesiva humanización de los comportamientos animales, […] Arnold corre ese riesgo porque sabe que, más allá de las metáforas y las interpretaciones, el sufrimiento y el dolor son absolutamente reales”.
“Andrea Arnold despierta nuestra empatía por los animales mejor que Disney […] La experiencia tiene un ritmo tan absorbente que su abrupto final logra impactar mucho”, sentencia Eric Kohn en IndieWire; mientras que en The Wrap reseñan: “Ciertamente, no es reconfortante, pero es una película notable hecha con habilidad, muchos momentos de maravilla y belleza, algo de conmovedora ternura y un final a la altura de The Irishman“.