Presentada en el festival de Mar del Plata, Alemania es una película que llega al corazón. Desde el estilo vintage con el que está filmada, hasta la profundidad de cada uno de sus personajes, el debut de la cineasta argentina María Zanetti es una película entrañable y llena de sentimiento.
Este coming of age sigue a Lola (Maite Aguilar), una adolescente llena de ambiciones, que intenta crecer en la Argentina de los 90, donde cada paso había que darlo con cuidado. Lola quiere irse de intercambio a Alemania, pero sus padres no están para nada contentos con la idea, además de que tiene que aprobar todas las materias y que no le quede ninguna previa para poder ir. En el medio, el film se centra en la hermandad y el apoyarse a pesar de todo, en el fuerte vínculo que se crea con los amigos a esa edad, y en cómo nos refugiamos en ellos.
En una hora y media, Alemania despliega una historia llena de matices que empapa con una realidad difícil de no empatizar. Apela a la nostalgia, a aquellos videos grabados en VHS, a esa unión familiar que desapareció y de la que solo queda un anhelo. Las actuaciones sostienen esto, están llenas de añoranza, rebeldía y hambre por crecer.
Lola es una chica que se cargó cosas al hombro que no le correspondían, pero que sin titubear lo hizo para sacarle peso a su familia. Es perseverante, algo tímida, pero también valiente. Hace tiempo que no se veía una película que retrate tan perfectamente lo que significa crecer (la familia, los amigos, el primer romance, las discusiones, el vínculo con una abuela). Pueden aparecer similitudes con Lady Bird (2017) de Greta Gerwig, pero Alemania logra una identificación más fuerte con el sentir argentino, los modismos propios y la forma en que elegimos enfrentarnos a las cosas. Es familiar, es tierna y melancólica.
Lola vive con la esperanza de todo, con la esperanza de que un milagro la saque de donde vive a pesar de que sigue esforzándose para lograr lo que tanto quiere. “Cuando tu cabeza es un incendio, el amor no alcanza”, le dice su abuela. De esa forma, Alemania toca el tema de la salud mental con respeto y cuidado, desde un lugar de entendimiento. Julieta (Miranda de la Serna), la hermana de Lola, pasa por cosas difíciles, tiene sus días buenos y sus días malos, pero creo que sin su familia, se hubiese derrumbado. La película retrata con excelencia lo necesario que es darle la importancia indispensable a los trastornos mentales y no invalidar cómo se siente la otra persona.
Las despedidas están expresadas también de una forma cuidadosa y es inevitable que toque una fibra sensible. Lola debe despedirse de su amiga, despedirse de una casa y despedirse de su familia cuando al principio estaba tan segura de irse, pero al final empieza a dudar. Y es ahí cuando aparecen las palabras que tanto necesitaba escuchar: “Tenés que hacer tu vida y eso está bien”, le dice su madre y eso la tranquiliza.
Lola termina una etapa de su vida para comenzar otra totalmente diferente, lejos del lugar donde creció. Y ese precioso final con “Hablando a tu corazón” da esperanzas, abre paso a nuevas experiencias, a descubrir quién es por su cuenta. La canción de Charly García y Pedro Aznar apoya este sentimiento. Lola escucha: “No importa el lenguaje ni las palabras/ Ni las fronteras que separan a nuestro amor/ Quiero que me escuches y que te abras/ Le estoy hablando, hablando, hablando a tu corazón”, como primer tema en ese cassette que le regaló su hermana, mientras la cámara se aleja y nos deja ver ese aeropuerto, cómo ella se aísla del mundo mientras anhela la compañía de su hermana.
Alemania se puede ver en salas argentinas.