Harta es el nuevo éxito de Netflix. Se trata de un drama estadounidense dirigido por Tyler Perry cuya acción transcurre en un solo día y critica a la sociedad norteamericana, al racismo, la misoginia y al sistema de salud que deja por fuera a los pobres. La historia se centra en Janiyah Wiltkinson, una mujer negra, madre soltera, que sostiene dos trabajos y ni siquiera así logra cubrir las necesidades de su pequeña hija que sufre de convulsiones.
La película comienza al inicio de un día que parece normal. Sin embargo, en pocas horas se convertirá en una verdadera pesadilla para la protagonista: problemas con la tenencia de su hija, falta de dinero para alimentarla, un choque en auto y despido de su trabajo serán los elementos que harán a Janiyah explotar y cometer varios delitos que jamás hubiera pensado cometer.
La acción del film se desarrolla casi por completo dentro de un banco en el que la protagonista toma -casi sin querer- a varias personas de rehenes. Mientras se va comunicando con las fuerzas policiales, en el afuera -gracias a la prensa y las redes sociales- el pueblo irá conociendo su dura historia de vida y no demorará en convertirse en una heroína popular.

En este sentido, la película indudablemente está influenciada por el aclamado film Tarde de perros (1975), dirigido por Sidney Lumet, donde el personaje de Al Pacino también roba un banco de manera amateur y termina por convertirse en un ídolo para el afuera.
Como gran parte de las películas con el sello de la N roja, Harta tiene un puñado de decisiones efectistas en el relato, donde abundan los golpes bajos. Las actuaciones sostienen la trama de manera correcta, aunque no se destacan particularmente. En cuanto a lo aspectos técnicos, no presenta ningún tipo de originalidad.
Un elemento que sí es interesante es la centralidad que tienen las mujeres. Los hombres y las personas blancas casi no tienen presencia en la película -y los pocos que hay están presentados de manera negativa-. Este conflicto es asunto de mujeres negras, algo que la protagonista misma expresa.

La pobreza, la lucha constante y una sociedad que no las ve son los elementos que harán estallar en furia a la protagonista y llevarla a una suerte de brote psicótico que se sostiene durante horas. Así, la historia también introduce como subtrama la salud mental en personas que quedan por fuera del sistema.
La película plantea un dilema: ¿Podemos justificar o comprender el delito cuando una persona ya no tiene opción? -algo que también forma la base de El Guasón-. El mundo que presenta Harta es realista -a pesar de que los sucesos se presentan inverosímiles en varias ocasiones- y es allí donde la crítica social es efectiva. Sin embargo, la película abusa del melodrama y el amarillismo, lo que a veces la aleja del objetivo de denuncia o impacto en el espectador.

En este sentido, comparte caracerísticas con films como Preciosa o En busca de la felicidad, que presentan grandes historias pero que utilizan el golpe bajo y el efectismo como herramientas constantes. En Harta resulta muy patente con el montaje del comienzo del film: frenético y acelerado, nos intenta meter en la cruda e insoportable realidad de la protagonista, de modo que ya nos “obliga” a tomar una postura a favor, antes de que la veamos cometer cualquier crimen.
Harta es una reivindicación de las mujeres y de la sororidad, porque la vida o la muerte de la protagonista depende de la empatía de sus pares. Todas las mujeres de la historia tienen pasados o presentes de miseria o discriminación y eso hace que los personajes tengan pocos matices y se presenten básicamente como buenos o malos. En términos semióticos, serían ayudantes u oponentes de la protagonista y eso ya los define de manera estereotipada.