Holy Spider es el tercer largometraje de Ali Abbasi, un director iraní radicado en Dinamarca que ha logrado hacer ruido en el panorama del cine actual. Estrenó Shelley en 2016 -iniciando su filmografía desde el terror-, luego Border en 2018 -un drama fantástico con un interesante planteo sobre la naturaleza humana, la animal y los postulados que conforman lo que llamamos civilización-, y ahora pega un volantazo para darnos un drama realista y crudo que, lejos de hacernos viajar a través de la ilusión del cine, nos enfrenta a la realidad con un escupitajo.
Holy Spider cuenta la historia de un asesino en serie (Mehdi Bajestani) que en la ciudad santa de Mashhad (Irán) mata prostitutas en nombre de Alá para “limpiar la ciudad”. Una periodista (Zar Amir-Ebrahimi) se instala en dicho poblado para investigar el caso y se encuentra con que la policía no se esfuerza ni un poco por averiguar quién es ni por detenerlo. Así, se embarca en una peligrosa investigación a la que le pondrá el cuerpo, la ideología y primordialmente la valentía.
La premisa podría ser la de cualquier thriller que incluye cuestiones socio políticas en su trama. De hecho, durante un tiempo la película lo es, hasta que empieza a mutar en un pesimismo que antepone el realismo al heroísmo y el suspense. La protagonista es una heroína pero eso realmente no importa en este mundo en el que un poder divino es el que dicta el orden de una sociedad catastróficamente desigual. Abbasi toma una decisión valiente que es desencantar al espectador en pos de contar una verdad. No, las generaciones no mejoran, los hombres no reflexionan, las mujeres no triunfan ni son reconocidas y en la mayoría de los casos sucumben al mandato del hombre.
Esta película le expone a los espectadores occidentales el mundo islámico que les es tan ajeno como repudiable. En pleno desarrollo de la cuarta ola feminista en Occidente, Holy Spider denuncia las bases de una sociedad sin paliativos basándose en hechos reales ocurridos entre 2001 y 2002. Interesante es que en la narrativa ingrese el eje de la locura como explicación de los actos del asesino que desea eliminar a todas las trabajadoras sexuales de su mundo, justamente porque esta condición lo eximiría de su responsabilidad. Loco es también la manera en la que se nos puede representar un personaje como este a los no islámicos, pero la película se encarga de no exculparlo y dejar en claro que sus decisiones se toman bajo la completa lucidez. Y peor aún, tiene una multitud de fanáticos que lo veneran.
La estructura narrativa del film es clave para dejar retratado este mundo y principalmente el sometimiento a toda la población femenina. La primera mitad se presenta como un thriller bastante clásico aunque detallado del modus operandi del femicida y de la paralela búsqueda de la periodista. Luego, nos sumerge en un drama judicial y allí se desarrolla con claridad la ideología de un pueblo, la estructura del gobierno, la religión y la justicia.
Holy Spider no es una película amable para el espectador principalmente porque la satisfacción de la justicia nunca llega, sino que prima la amargura de una cruda realidad que parece irreversible, en la que una transformación se presenta imposible, y por ello se vuelve devastadora. Abbasi ofrece un formidable film, aunque no parece seguir una línea autoral definida en su filmografía, y no escatima en escenas cruentas teniendo bien en claro que el objetivo de esta película es la denuncia.
Holy Spider está disponible en MUBI.