Hoy llegó a los cines El escuerzo, la película cordobesa dirigida y escrita por Augusto Sinay. Se trata de una verdadera rareza dentro del cine cordobés y nacional: un film de época, una suerte de western serrano y fundamentalmente una pieza de terror fantástico. El escuerzo es el resultado de un trabajo de más de siete años que incluyó una exhaustiva investigación sociohistórica y una co producción entre Argentina y España.
“Argentina, 1866. En un territorio serrano devastado por la guerra, Venancio, un joven gaucho, mata a un escuerzo, una especie de sapo grande que se alimenta de otros animales. Cuando su madre vaticina que el sapo resucitará para vengarse, Venancio emprende un profundo viaje entre cuatreros, curas, chamanas y desertores, para salvarse de la maldición”, reza la sinopsis oficial.
La película de Sinay nos sumerge desde el comienzo en una atmósfera densa, no solo por los escenarios serranos que parecen albergar todo tipo de peligros y ser un campo de batalla en sí mismos, sino también por los vínculos entre los personajes que están mediados por la traición, la desconfianza, el honor y el deber con la Patria. El terror está instalado en la sociedad desde el comienzo del relato, pero cobrará más potencia cuando ingrese el elemento fantástico: el escuerzo y la maldición que trae consigo.
El film está inspirado en el cuento homónimo de Leopoldo Lugones. Así, el género fantástico tiene un lugar más preponderante que el terror. Ingresar en la verosimilitud de la historia supone comprender junto al protagonista las consecuencias de su acto -a priori cotidiano, en una tierra donde la muerte y el asesinato son moneda corriente-. Esta muerte será el inicio del viaje del héroe que atravesará todo tipo de peripecias, en las que el espacio geográfico tiene un protagonismo fundamental, convirtiéndose en un personaje más de esta historia.
Como todo héroe moderno, el protagonista está atormentado por el pasado, lidia con sus debilidades y contradicciones, pero debe redimirse para desarmar esta maldición. En esta película casi no hay lugar para las sonrisas, la oscuridad de los personajes y el reinado de la guerra marca el tempo de un film que, en su lentitud, construye el terror y va formando una presencia que acecha.
Hay un trabajo más que destacado en materia de fotografía -que estuvo a cargo de Martín Heredia Troncoso– que construye imágenes que terminan pareciéndose a obras de arte plástico renacentista. Hacia la segunda mitad del film, con el ingreso del fantástico, también se abre paso una estética que abreva del cine de género de los 70 y 80: la viscosidad que recuerda a Alien, las transformaciones de los humanos y las bestias que remiten a films como La cosa y La mosca.
Entre todas las influencias y las tradiciones que confluyen en El escuerzo, esta es una película altamente original, con un sello argento que refuerza la tendencia de un creciente cine de género en nuestra cinematografía, donde la materia del horror no está en lo externo, sino en el interior de nuestra historia, de los mitos, las leyendas y la propia tradición literaria.
El escuerzo está en distintos cines del país, más información sobre las funciones en el Instagram del director.