“Los modernos le tratan de moderno, y los gitanos como a un gitano”, subraya Antón Álvarez sobre el personaje al que decidió retratar en La guitarra flamenca de Yerai Cortés, su ambicioso debut como cineasta. Eso, cuenta, fue lo primero que le llamó la atención cuando lo conoció, además de su virtuosismo.
¿Y quién es Yerai Cortés? El mismo Antón se encarga de contárselo al espectador al comienzo del documental. Lo hace hablando a cámara, en una escena bastante casual donde se lo ve sentado en algún bar de Madrid tomando un café. Pero aunque esa introducción narrada en primera persona puede resultar engañosa, el referente de la música urbana española, más conocido como C. Tangana, toma la hábil decisión de distanciarse lo más posible de su álter ego. Lejos de ser el centro de atención, esta vez “El madrileño” le cede todo el protagonismo a Yerai para intentar descubrir su esencia, el secreto que se esconde detrás de esa pena que busca contarle al mundo con su guitarra.
El título del documental es, a la vez, el nombre del flamante álbum debut del guitarrista nacido en Alicante. Por eso la película funciona como pieza artística, y también como una aproximación más minuciosa al universo personal del músico y a su conmovedora historia familiar, principal fuente de inspiración del disco. Y aunque es un realizador novel, Antón parece entender los gajes del oficio.

Con paciencia y distancia, Álvarez construye intimidad mediante encuentros y conversaciones espontáneas que van desnudando detalles clave, como el impacto que tuvo en Yerai la separación de sus padres durante su infancia (ambos llevaban veinte años sin hablarse, y este proyecto terminó siendo una excusa para que se volvieran a cruzar). Su padre, Miguel, fue quien le regaló la guitarra y le enseñó a tocar. Y detrás del caracter jovial de María, su madre, se esconde un pasado doloroso que el director procura abordar con discreción y sin golpes bajos. Otra figura clave es la de La Tania, pareja de Yerai, una cantante paya que es para él una suerte de puente entre tradición y vanguardia.
Mediante imponentes segmentos musicales que va intercalando en la narración, Antón refuerza esa encrucijada que convierte a Yerai en una figura tan particular dentro del flamenco. Planteadas casi como videoclips que navegan entre el costumbrismo y el surrealismo, estas piezas también rinden homenaje al legado del documental musical de Carlos Saura.
En su primera incursión en el cine, Antón Álvarez no es menos audaz que en la música. Elige abordar la biografía de Yerai Cortés desde una perspectiva no convencional, y logra conmover aún cuando apueste más a lo sugerido que a lo explícito. Por sus decisiones narrativas y su forma de estructurar relato, y porque pone en pantalla no solo a un guitarrista de flamenco, sino también una trama familiar que en su complejidad es ejemplo de redención y ternura, y de cómo el arte puede ser un vehículo para exorcizar los fantasmas del pasado.
La guitarra flamenca de Yerai Cortés, de Antón Álvarez
2024 – España
Sección: Competencia Vanguardia y género
Seguí la cobertura del 26 Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente en este enlace.