Días atrás llegó a Netflix el largometraje de corte independiente Las tres hijas. De tanto en tanto, la plataforma apuesta por producciones más minimalistas y alejadas del espectro mainstream y este film dirigido por Azazel Jacobs ingresaría en ese grupo.
La película estadounidense cuenta la historia de tres hermanas que se encuentran después de mucho tiempo para acompañar a su padre en sus días finales. Mientras él yace en una habitación y recibe cuidados paliativos de parte de dos personas externas a la familia, la tensa relación entre ellas se cuela entre el dolor, los trámites previos a la muerte y el pasado.
Con un estilo cercano al de Noah Baumbach -específicamente a películas como Los Meyerowitz: la familia no se elige y The Squid and the Whale-, Jacobs va tejiendo frente a los ojos del espectador el duelo de tres mujeres que tienen vidas completamente opuestas y que se encuentran distanciadas por estas diferencias.
El final de la vida acecha a cada minuto dentro de este departamento neoyorquino que se convierte en una suerte de sala velatoria anticipada. Los personajes, con lógica teatral, van y vienen de las habitaciones, se encuentran en el living, se esconden en la cocina y la puerta entreabierta de la habitación del padre se presenta como un abismo al dolor.
Las tres hijas están interpretadas por Natasha Lyonne, Elizabeth Olsen y Carrie Coon. Lyonne representa a una eterna adolescente que fuma marihuana constantemente y es la única hija no biológica del moribundo. Por su caracterización y su actuación, Lyonne aparece un poco estereotipada y esto quita algo de verosimilitud a su personaje.
Por su parte, Olsen muestra su costado más dramático y su personaje es tal vez el más críptico, aunque carece de matices. Finalmente, el rol de Coon parece haber sido escrito para Cate Blanchett: se evidencia la influencia de la famosa actriz en la construcción del personaje más adulto, más duro y más intenso.
Al exhibir tres perfiles bien diferentes y apelar al recurso del encierro, la película se presenta predecible en torno a algunos de sus picos dramáticos. Al ver la situación, podemos prever que seremos testigos de discusiones incontrolables, de retornos a la infancia y de secretos que se destapan. Sin embargo, la película logra no caer en todos los lugares comunes que podría y sorprende con un final original.
Las tres hijas tiene como puntapié narrativo el duelo, pero fundamentalmente es un film sobre el vínculo entre hermanas. Es una película sumamente contemporánea en lo que respecta al abordaje de la muerte, da pequeños espacios al humor y muestra a tres mujeres modernas que parecen imposibilitadas de empatizar con la otra. La película desacraliza y desromantiza los vínculos familiares y pone sobre la mesa las diferentes posibilidades de una familia ensamblada.
De igual manera, se da el espacio para la emotividad profunda. Los personajes que parecen más bien acartonados en la primera parte del film, van tomando más humanidad con la proximidad de la muerte. Al comprender que morirá lo único que las une, estas mujeres deberán decidir si quieren construir un vínculo a partir de sí mismas o seguir caminos separados.
Las tres hijas está disponible en Netflix.